En Santiago de Cuba, donde hasta hace poco más de dos meses era compleja la situación epidemiológica del dengue, hoy se aprecia una disminución considerable de la incidencia de esta infección vírica, que a tantas familias ha afectado.

“En esta época del año, que se caracteriza por bajas temperaturas y aisladas lluvias, suele disminuir la infestación del Aedes aegypti, y por tanto se reduce el impacto de este vector en la población, lo que no significa que estemos libres de riesgo, a pesar de no ser elevada la probabilidad de enfermar, hay que mantener las medidas de prevención”, explicó Alfredo Cintra Guerra, responsable de Vigilancia y lucha antivectorial en la provincia.

Sin dudas, el hecho de que el índice de infestación al cierre de enero sea de 0.5 confirma la recomendación del experto, pues este indicador solo se considera de bajo riesgo cuando es igual o inferior a 0.05.

Señaló el especialista que, a pesar de las limitaciones impuestas por la escasez de recursos, se mantiene el tratamiento antivectorial a las viviendas donde se detecta un caso de síndrome febril inespecífico y en los inmuebles aledaños, para detener los contagios mediante la eliminación del mosquito adulto y de sus larvas.

Como resultado de las acciones de control entomológico y de lo propicio de la estación invernal para la reducción del insecto, se ha logrado cerrar la transmisión de arbovirosis y controlar el brote epidémico en el territorio. En esto, a decir de Cintra Guerra, Santiago de Cuba muestra tendencias similares al comportamiento de la enfermedad en el resto del país.

Finalmente, recomendó mantener la vigilancia en centros laborales y en las comunidades para eliminar las condiciones que favorecen la reproducción del agente transmisor de al menos cinco afecciones.

“Para evitar la aparición de focos –dijo- se debe realizar el autofocal familiar y laboral cada siete días para eliminar todo cuanto pueda acumular agua y convertirse en criadero de mosquitos. Es importante tapar adecuadamente los tanques y otros depósitos, cepillarlos y voltear los que estén vacíos o ponerlos bajo techo.

“Hay que limpiar y sanear patios, azoteas y alrededores de las viviendas y centros de trabajo. Las latas, botellas y otras vasijas que se deseen guardar, deben quedar bocabajo.

“Además, los moradores deben colaborar con las acciones de lucha antivectorial”, concluyó.

El dengue constituye un reto para la salud pública en el planeta porque más de dos quintas partes de la población mundial viven en zonas de riesgo. A pesar de las dificultades económicas que enfrenta Cuba como resultado del recrudecimiento de las sanciones económicas de Estados Unidos, el sistema de Salud mantiene una estrategia de enfrentamiento que cada año logra salvar miles de vidas.