¿En qué consiste su actividad?

Es muy abarcadora, tiene que ver con toda la actividad jurisdiccional, el personal subordinado, Recursos Humanos, medios básicos...

¿Cuándo y cómo usted se vincula al ejercicio judicial? ¿Es por tradición o vocación?

“No existe ninguna tradición, pero estudié Secretariado y fui ubicada en la Dirección Municipal de Trabajo de Palma Soriano, para realizar la práctica al graduarme. Dado mi buen comportamiento en ese período, me hacen contrato a tiempo determinado y transcurrido unos meses, tengo conocimiento que existía plaza vacante en el Tribunal Municipal, donde solicito mi traslado y empiezo a laborar”.

Háblenos un poco más de sus inicios en el Tribunal Municipal Popular.

“Comencé el 25 de noviembre de 1981, contratada en la plaza que existía vacante de escribiente -como se denominaba en ese tiempo-, que consistía en dar entrada y salida a las correspondencias y tramitar los despachos de auxilios judiciales.

“Lo hago en la Sección de lo Civil y Laboral, siendo Parmenio Rivera Gómez, el presidente de Sección, a quien agradezco mucho. Fue quien me preparó y  reafirmó mi vocación. Recuerdo que como  prueba  de aptitud me hizo un dictado con un libro de ortografía, para conocer además si tenía buena caligrafía.

“Dos años después pasé a ser mecanógrafa tras un nuevo examen, y a finales de los 80' me promueven a Secretaria de la Sección Civil y Laboral. Me entregaron un Código Civil, uno de la familia, una Ley de Procedimiento Civil, Administrativo y Laboral, así como la Ley General de la Vivienda.

"De esta forma parte mi formación laboral, que fue excelente, abarcadora, no solo en la tramitación de los asuntos, sino también en la disciplina, la obediencia, el respeto. Me decían: ‘Un juez con un buen secretario es un rey’”.

¿Qué otras tareas ha asumido?

“En el año 1992, me trasladaron para la Sección Penal en igual plaza; el 1ro de julio del año 2000 me promueven para la de Secretaria auxiliar suplente en ese mismo Tribunal. De ahí, el 8 de junio del 2004 me designan Secretaria Judicial de la Sala Segunda de lo Penal, que es donde me desempeño hasta la fecha”.

¿Qué conocimientos y habilidades se necesitan para ser Secretario Judicial?

“En primer lugar, el sentido del deber; aunque no sea juez ni tome decisiones, necesito un conocimiento basto de toda la tramitación de la causa, estudiar las instrucciones que emanen  del Tribunal, que son muchas...”.

¿Cómo es la relación de la Secretaria con los jueces?  

“Muy valiosa y debe ser así; el buen Secretario siempre recuerda o alerta al Juez de  algún detalle, porque equivocarse es humano y eso le sucede al mejor escribano. Desde mis inicios me documenté del fundamento legal de lo que digo. Siempre pregunto el porqué de las cosas que no entiendo o me traen dudas”.

La formación de nuevas generaciones de Secretarios Judiciales es muy importante para la continuidad de la especialidad. ¿Cómo contribuye con la tarea?

“Esto es decisivo para lograr buenos resultados, sin un buen colectivo de Secretarios, es imposible. El trabajo de los tribunales es muy sistemático y requiere de seguimiento, de mucha ética judicial. Considero que he contribuido con todo el personal subordinado y con mis compañeros en general, inculcando todo lo que me enseñaron, con amor y aprovechamiento de la jornada laboral”. 

Mencione algunos de los reconocimientos más importantes que ha recibido durante su trayectoria profesional.

“He recibido los sellos conmemorativos y reconocimientos por los 5, 10, 20 y 30 años de servicios en el Sistema de Tribunales. Obtuve la medalla 40 Aniversario de la Constitución del mismo, que se otorgó por única ocasión, así como la medalla Enrique Hart, que confiere el sindicato de la Administración Pública a quien ha mantenido una trayectoria ejemplar en el sector”. 

¿Qué significa para usted el sistema de tribunales de justicia?

“Un Sistema que va como guía de esta gran Revolución, porque para mí no existe en el mundo justicia social como la nuestra”.

¿Qué es lo que más le apasiona de la especialidad?

“En estos 41 años ininterrumpidos siento mucho gusto y orgullo; me han enseñado a tener visión de las cosas, a saber cuáles son mis derechos y deberes, a tomar decisiones, a aprehender todo lo bueno de un ser humano.

“Lo que más me apasiona es tener buenos resultados, saber que el pueblo tiene buena opinión de nuestra labor y decisiones judiciales; ver siempre a mis compañeros con unidad y entusiasmo en el cumplimiento de las metas que nos trazamos”. 

La pregunta aflora junto con la idea de este titular: ¿Si tuviese la oportunidad de volver a escoger, sería Secretaria Judicial? “Sí, definitivamente”.