Con las lluvias crece la hierba, se llenan cuantos depósitos naturales y artificiales están en patios, campos, solares yermos y azoteas, lo que trae la proliferación de los mosquitos que invaden las casas y aumenta el riesgo de contagio con arbovirosis, dígase Dengue, Zika, Chikungunya, Fiebre amarilla… además de que los insectos y roedores en tiempo de agua se guarecen dentro de las viviendas y cobra más importancia mantener protegidos los alimentos, el agua y los bebés, incluso.
Por estos días urgen las labores de limpieza de los alrededores como chapea, recogida de desechos, mantenimiento de tragantes y drenajes, desobstrucción de zanjas y todo lo que ayude a reducir el riesgo de contagio con alguna enfermedad transmitida por el Aedes aegypti o por otros insectos que se oculten, sobre todo, en las plantas bajas.
Otro peligro latente son las enfermedades que pueden esconderse en las aguas estancadas o como resultado de la descomposición de animales arrastrados por los ríos crecidos, lo que exige que se hierva el agua para más seguridad o se clore como métodos de desinfección, igualmente debemos ser cuidadosos con el lavado de las manos y de los alimentos que se comen crudos, como las hortalizas para ensaladas, que se producen y comercializan en cualquier estación.
Los virus, bacterias y los vectores que los transmiten, proliferan en las temporadas lluviosas y cálidas; en Santiago de Cuba las personas tenemos experiencias en la realización de auto focal, las instituciones de salud y de otro tipo tienen protocolos establecidos para prevenir la proliferación de vectores y la transmisión de enfermedades, lo que puede conducir a una confianza excesiva y el aumento del riesgo.
Mientras tanto, la Defensa Civil, las autoridades sanitarias y sus operarios, las organizaciones sociales en los barrios, los sindicatos, los núcleos del Partido y Comités de Bases de la Unión de Jóvenes Comunistas, deben hacer trabajos de promoción de salud, de motivación a los adolescentes y niños para que sean movilizadores del pueblo en función de la prevención, para que la lluvia no sea un “Caballo de Troya”.