La equidad de derechos es un ideal al que aspiramos como país desde la República que soñó José Martí. A lo largo de la Revolución la sociedad cubana ha dado pasos en pos de este fin, con aciertos y desaciertos.
La discriminación por motivo de género y orientación sexual es uno de los rezagos que persisten a lo largo de los años, segregando a este grupo social y haciéndolo víctima de actos violentos.
Por este motivo, el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) ha aplicado varias iniciativas para combatirla, como el Observatorio para manifestaciones de violencia, creado en el 2016. “Nuestro fuerte, a parte de la prevención del VIH, es evitar la violación de derechos a las personas en cuanto a su orientación e identidad de género”, afirmó Luis Ángel Reyes Vaillant, coordinador provincial del proyecto y promotor de salud.
“Santiago de Cuba fue una de las seis provincias seleccionadas en el país por la cantidad de población violentada que revelaron las estadísticas. Vinieron especialistas de La Habana, estuvimos en la calle haciendo encuestas y, de alguna manera, ¨vendiendo¨ el servicio, porque necesitábamos disminuir la incidencia.
“Antes de constituirlo, nos personamos en cada institución que de una forma u otra nos debía apoyar: la Fiscalía, la PNR (Policía Nacional Revolucionaria), etc. A veces encontrábamos resistencia, pero después los jefes se daban cuenta de que es un derecho. Sobre todo con la violencia física no había problemas, claro, se llevaba la evidencia necesaria.
“Al principio la gente se resistía a venir. Decían, ¨otro espacio más donde solo van a escuchar mis problemas¨. Entonces nos dimos a la tarea de ir a los sitios de encuentro, con la peculiaridad de contar con promotores pares, donde ese violentado –hombres que tiene sexo con otros hombres, chicas trans, personas con abuso de sustancias y positivos al VIH, principalmente- tiene un espacio donde acudir, llorar o reír ante alguien como él que puede entenderle”.
De los casos atendidos hasta el momento las estadísticas revelan que el mayor peso de violencia recae en los hombres que tienen sexo con otros hombres, seguido de las chicas transexuales, y en menor medida, las mujeres dentro de la pareja heterosexual. Y según la profesora de Derecho de la Universidad de Oriente, Mirna Beatriz Méndez López, quien labora voluntariamente en la oficina de atención a los casos de violencia y discriminación por motivo de género y orientación sexual, estos últimos predominan sobre los primeros en la comunidad LGTBIQ+.
“No solo brindamos asesoramiento legal, los abogados, fiscales y consultores laboran voluntariamente para dar consejo y acompañar en los trámites, sobre todo en el sector jurídico.
“En determinados casos hacemos dinámicas familiares o terapia, auxiliándonos en psicólogos, médicos y educadores que nos permiten, en los casos de discriminación en el hogar y los centros de trabajo, lograr un acercamiento de las partes implicadas y hemos tenido resultados favorables”, comentó la profesora.
“Consideramos que ha sido muy importante la creación de este servicio, pues anteriormente lo que le ocurriera a cualquier persona LGBT, debían hacer una carta a los asesores jurídicos del Cenesex y los casos demoraban mucho en resolverse”, comentó Isel Calzadilla Acosta, Coordinadora provincial del grupo de mujeres lesbianas y bisexuales Las Isabelas, de Santiago de Cuba.
“Ahora tenemos un lugar donde acudir todos los martes para exponer cualquier vulneración de la que seamos objeto. Ya hemos tenido dos casos, uno de denuncia y otro de acompañamiento, que fueron bien y seguimos abogando por que las personas conozcan el servicio para cuando están ante una situación así sepan dónde acudir”.
Por otra parte, Érica Alzola, Coordinadora de la red Trans Cuba en la provincia, aseveró que queda mucho camino por andar, pero lo importante es que existan leyes y lugares donde plasmar las quejas, inquietudes e incluso las denuncias, y que sean escuchadas.
“Cuando existen delitos de discriminación las personas se cohíben. Algunos lo resuelven a su manera, otros prefieren callar, porque cuando iban a plasmar la queja por las vías pertinentes, quienes recepcionaban la declaración tenían sus prejuicios, y eso mediaba. Entonces se elegía aguantar o simplemente irse del centro laboral o de estudio”, manifestó.
“Hemos hecho más de seis talleres en cada una de las unidades de PNR del municipio cabecera, donde vamos una o dos veces a cada una para tocar a la mayor cantidad de oficiales, y principalmente a los patrulleros”, explicó Reyes Vaillant. “Les damos herramientas de cómo tratarlos, de qué hacen, por qué son vulnerados, y en encuestas aplicadas, los gays fundamentalmente afirman que estas acciones han disminuido.
“Independientemente de que estén incurriendo en un hecho delictivo no hay que ofender, lo correcto es realizar el proceder con respeto. Por eso queremos iniciar los talleres en la escuela del Minint para contribuir a su formación”, explicó.
Por otra parte, las redes sociales son el espacio que las víctimas de discriminación encuentran para visibilizar estos actos, mas no debe ser la única vía, pues aunque mueve la opinión pública, no tiene respaldo legal.
Con este fin el Cenesex está creando, a modo de prueba, un servicio de denuncia a través de plataformas digitales, gratuito y accesible desde cualquier parte del país, que será otra forma para hacer frente a discriminaciones y prejuicios que persisten en Cuba.
