Print this page

La carne de la discordia

26 December 2022 Escrito por  M.Sc. Milagros Alonso Pérez. Thaimí González Pérez y Yamaili Almenares González (Estudiantes de Periodismo)
De las autoras

Llega la cena del 31 de diciembre, cuando celebramos el fin de un año, el cierre de un ciclo, y el comienzo de otro. Justo a las 12 de la noche pedimos salud, amor…Instante en que era costumbre del cubano tener asado cerdo para degustar con congrí oriental, yuca con mojo, buñuelos de malanga y una buena ensalada. Tradición que se ha flagelado por la crisis económica que afronta el país, con el consecuente déficit de productos e inflación. Ni más ni menos que comprar una pierna de macho de 25 libras en Santiago de Cuba -a los precios actuales- ronda los 8 750 pesos. Pero la falta de las carnes o la imposibilidad de adquirirlas por su costo abusivo, ha sido los 365 días, solo que cuando se aproximan las festividades la ausencia es más sentida. ¿Cuáles son las razones de que esto ocurra? ¿Tiene remedio la situación actual?


La culpa: de todos, de nadie

Según informó a la Delegación Provincial de la Agricultura, en relación con el cumplimiento de las entregas contratadas, hasta la fecha de las 3 mil 73.6 t previstas se han dado 3 mil 7.6 t, para el 98%. Los destinos son Comercio, el Combinado Cárnico (CONCAR) y la Unión Agropecuaria Militar. De la entrega de carne bovina (de res) al Minal, se incumple con la destinada a la industria, por dos causas fundamentales: el bajo peso de los animales dados a sacrificio y el déficit de combustible, que impidió la recogida de estos en el tiempo pactado. Otro destino es casillas (Comercio), con el cual se sobrecumple.

Del programa porcino, el reporte a la industria se comportó en el año con una acumulación de 99.6 t de las 957 t previstas, 857.4 t por debajo. Como razones principales la Delegación señaló el déficit de materia prima para la elaboración de los piensos. Definitivamente los planes como se conciben no satisfacen la demanda de la población, y por múltiples factores no se cumplen en su mayoría con la cantidad de toneladas que se proyectaron entregar al cierre del año.

Uno de los rostros de esta realidad es el de los productores, quienes con sistematicidad están al cuidado de los animales. Tal es el caso de Ramón Cuevas Suárez, porcicultor del municipio de Songo-La Maya, con experiencia acumulada en estos menesteres: “Ahora no tengo convenio con Porcino por las irregularidades de la empresa; sin embargo, este destino y la Gastronomía son los principales a los cuales abastecía. Yo crío con lo que pueda, yuca, maíz, boniato…, que me han permitido seguir adelante. Un componente que incide negativamente en la cría de animales -además de las dificultades con el alimento-, es el no contar con condiciones básicas materiales, dígase de las botas, al tener que comprarlas en MLC”.

Pero en realidad, el precio final que nos llega se engrosa en el trayecto entre el productor y segundos y terceros compradores, antes de estar en manos del santiaguero. Para indagar más en este tema, recorrimos las calles aledañas a la Universidad de Oriente, donde está el punto de venta El Rey.

Su vendedor refirió que: “Llevo 11 meses comercializando en este lugar, oferto productos cárnicos como el cerdo al corte con un precio de 350 pesos. Lo compro a otra persona a 200 CUP en pie o vivo -según indagamos puede llegar a alcanzar los 250 pesos la libra-, para adquirirla por lo general debo viajar y llevar conmigo a otra persona, invirtiendo en pagar el transporte y al ayudante”.

Los compradores que acuden a estos locales se quejan de que un salario promedio no alcanza para comprar carne de cerdo. La desprotección en medio de tanta inflación e irregularidades, da margen para cuestionar la inoperancia de los mecanismos y la neutralidad de los inspectores. Cuando acudimos al mercado de nuevo tipo La Plaza, no había oferta de carne; se observaron las áreas de las carnicerías con mostradores limpios. Los vendedores aseveraron: “no hay carne desde la inauguración”. Es lamentable que un espacio con tantas potencialidades para ejercer esta actividad esté subutilizado. Dada las pocas ofertas estatales, muchas unidades gastronómicas laboran con algunos suministros, en su mayoría comprados por otras vías. Para entender cómo funciona, en el restaurante España, Diógenes Bueno Despaigne, su administrador, subrayó que: “Esta es una unidad perfeccionada que vende a partir de la compra de productos a cuentapropistas. La autogestión ha dado buenos resultados, permitiendo cumplir el plan y pagarles utilidades a los trabajadores”. Las ofertas van desde chilindrón de ovejo, cerdo guisado hasta costillas, con precios entre los 300 y 370 pesos. “Le ponemos ese costo porque al trabajar por normas, a una libra de esos productos le sacamos alrededor de dos porciones, refirió Bueno Despaigne. Entonces, sin ser matemáticos, una libra de cerdo le proporciona una ganancia de 700 CUP, aproximadamente.

Pensar en el pienso

Si la agricultura no produce suficiente carne, y la que vende el cuentapropista a precios abusivos es la que salva el día a día de algunas mesas, entonces la industria tampoco va a tener buenos rendimientos. La Empresa Cárnica Santiago cuenta con tres proveedores. El principal socio constituye la Empresa Comercializadora de Alimentos (Copmar), que le vende el pollo y el MLM (carne de ave molida de importación). El segundo proveedor es la Empresa Porcina, que se enfrenta a un decrecimiento de la masa del animal. En palabras de Noel Díaz Geli, director Adjunto de la empresa: “El programa porcino en Cuba casi desapareció por la no entrada de pienso al país debido a la crisis mundial que generó la Covid-19. Se está haciendo un esfuerzo por revitalizarlo. En este mes se garantizaron para los festejos de fin de año 800 toneladas de carne de cerdo con destino a la Gastronomía.

Noel Díaz Geli Director Adjunto

“Sin embargo, en el 2022 se sacrificaron menos de 1 000 cerdos comprados a productores independientes pagados en CL para la venta posterior en igual moneda. Para el 2023 no se ha hecho un aseguramiento de esta carne”. El tercer socio del Cárnico son los productores independientes, que se contratan directamente para la entrega del ganado mayor. Pese a que existe un total de 8 809 tenedores de animales, solo alrededor de 2 000 entregan con estabilidad.

“Al cumplir su plan con la industria, el productor tiene derecho a disponer de un animal -con las condiciones requeridas para el sacrificio-, con destino al consumo personal o a su comercialización a quien considere, sin precio topado. En el caso de la industria sí presenta un costo que se les paga en pie, que oscila entre los 24 y 37 pesos la libra”, precisó Díaz Geli. Estos números legislados para la compra son para los productores, evidentemente, menos jugosos que los que podría ofrecer un particular.

La confección de las ofertas a la canasta básica generan pérdidas, dado que a falta de algunas materias primas de importación, se aumenta la composición de carne de res. Esta última proviene, además, de la provincia de Camagüey, que le garantiza también a La Habana y Guantánamo. “Para cumplir los 230 gramos per cápita de carne en conserva a la población -a la provincia se entregan 208 t mensuales-, y un poquito de res para embarazadas y dietas crónicas, se nos hace bien complicado. No hay disponibilidad para más. Esa es la realidad”, concluyó el directivo.

La práctica académica

Ciertamente, ¿es el pienso la causa de que no haya carne? La primera acotación que considera necesaria hacer el Dr. Francisco Antonio Sagaro Zamora Ojeda, profesor Titular y Consultante de la carrera de Agronomía de la Universidad de Oriente, es que lo correcto sería hablar de alimentos convencionales (comprados a segundos) o no (uso de los materiales que se tienen al alcance para elaborarlo); es un error nombrarlos como alternativos:

"Con pienso no convencional el animal sí puede alcanzar un peso óptimo… Si debe consumir una cantidad de proteína, de megacalorías de energía metabolizable y un porciento de fibra en la dieta, se le brinda con cualquiera de las dos variantes, o combinándolas. Puede que con el no convencional se tenga que echar un poco más que con el otro para cubrir los requerimientos nutricionales. “Aunque el país no tenga las condiciones para llegar -a mi criterio- a cero importaciones, sí creo que este tipo de pienso se debería utilizar de forma racional, menos en el rebaño genético, con las hembras en el último tercio de la gestación y el semental. Se trata de manejar científicamente la alimentación, producir en la nación los cereales que se requieren, cambiar las mentalidades”, destacó Zamora Ojeda.

Dr.Francisco Antonio Sagaro Zamora Ojeda

En un recuento histórico para dilucidar las causas de la disminución de la masa animal, el especialista aludió que en la década del 50', la alimentación se basaba en el pasto, no en la importación; había alrededor de seis millones de habitantes e igual cantidad en cabeza de ganado. Actualmente para el total de población se dispone de menos de tres millones de cabeza. En el caso del convenio porcino -con décadas de creado-, el Estado aportaba el 70 % del alimento, y el 30 % lo sembraba el agricultor; de ahí que no se fomentase la verdadera conciencia de productor. “Esto fue una política agraria que dio al traste con el desarrollo. En 1980 se empezaron a implementar los programas ganaderos para la provincia, el porcino, el avícola con las 500 mil ponedoras… Sin embargo, las categorías más sacrificadas de animales eran las hembras, porque no cebábamos, y aunque se quiere corregir, la necesidad alimentaria hoy obliga a la matanza de hembras fértiles.

“La única especie que puede vivir de pasto en un 70 %, y el resto con pienso y plantas proteicas -y que teníamos para afrontar esta situación-, era el vacuno, y fue el primero que se redujo porque no se quería esperar el ciclo de gestación. De ahí que potenciáramos la crianza de cerdo y aves, pero con estas especies, por las características de su aparato digestivo, se debe ser más cuidadoso con su alimentación.

“Teniendo en cuenta la corrección de todos estos elementos para el buen funcionamiento, se estima que en alrededor de 25 años es que nos recuperaríamos para alcanzar la productividad que requiere la población en su consumo diario”. El Dr. Wilde Sánchez Bell, Profesor Titular del Departamento de Agronomía, coincide con su homólogo, y adiciona a los factores que han incidido en la disminución de la masa animal: “La ganadería en su momento estuvo concentrada como actividad económica en el sector estatal, hoy la mayor masa está en el privado -que tampoco cuenta con suficientes cabezas de ganado-, el cual no la gestiona como debería y se hace muy difícil encadenarlo.

Dr. Wilde Sánchez Bell

“Otra dificultad la hemos apreciado en las prácticas preprofesionales de los estudiantes y en nuestra experiencia laboral. Los productores se quejan de impagos injustificados de las formas productivas a las que pertenecen. Situaciones que dan lugar a la corrupción, el desvío, y a que se busquen por otras vías la satisfacción de las necesidades”, enfatizó el Dr. Sánchez Bell. La Universidad cuenta con cursos de posgrado, proyectos de investigación y de producción para vincularse a los campesinos dueños de ganado, e incorporar a otros en experiencias de agroecología sostenible; siendo Contramaestre el municipio más productor de carne. Los instrumentos -desde el conocimiento y la experiencia- están ahí; es imprescindible su implementación con la corrección de mala praxis que lastra cada día más la cría de animales, y desencadena problemas económicos y sociales. Solo así podríamos en un futuro degustar de ese apetitoso plato que hoy constituye la carne de la discordia.

  • Compartir:

Comentarios

We use cookies to improve our website. Cookies used for the essential operation of this site have already been set. For more information visit our Cookie policy. I accept cookies from this site. Agree