Santiago de Cuba,

Pensar nuestra prensa

09 March 2023 Escrito por  Luis Alberto Portuondo Ortega
Correo de los Trabajadores

Buscar la verdad a partir de los hechos, como lo propusieron los grandes pensadores chinos Sun Yat-sen y Mao Zedong; enfrentarse a la censura e inconscientemente a la autocensura; discrepar y contrastar; de alguna manera los periodistas hacemos todo eso la mayor parte del tiempo.

La libertad de prensa es relativa en muchísimos contextos y tal vez una utopía. En la España del Siglo de Oro (XVIII) era muy común decir ante una situación o persona poco fiable: “miente más que la Gaceta”. De manera que la historia de la prensa, por sí sola, demuestra que esta es clasista y partidista.

Los que pagan mandan, y el medio de comunicación responde a intereses. El gobierno de Estados Unidos, autodenominado paladín de la libertad, ha demonizado al periodista Julian Assange por sus revelaciones en WikiLeaks y a finales del siglo XIX manipuló la opinión pública, a través de la prensa, para intervenir en la guerra entre cubanos y españoles; así como la hispana creó un ambiente triunfalista en la península que terminó con el Desastre del 98.

Recientemente un colega publicó, en el sitio web de Sierra Maestra y en sus redes sociales, sobre el aumento extremo de los precios de productos indispensables, los comentarios no se hicieron esperar y algunos expusieron que escribir sobre ese tema era en vano porque no sería resuelto.

Cabe preguntarse entonces ¿los medios de comunicación y los periodistas, tienen la solución de problemas de la índole que sean? La respuesta es No, tanto en Cuba como en cualquier parte del mundo sus funciones están fijadas: informar, educar, entretener y otras afines a la propagación del conocimiento en su sentido más diverso.

Nuestra Constitución, en su artículo 55, “reconoce a las personas la libertad de prensa. Este derecho se ejerce de conformidad con la ley y los fines de la sociedad. Los medios fundamentales de comunicación social, en cualquiera de sus manifestaciones y soportes, son de propiedad socialista de todo el pueblo o de las organizaciones políticas, sociales y de masas; y no pueden ser objeto de otro tipo de propiedad.
El Estado establece los principios de organización y funcionamiento para todos los medios de comunicación social.”

Pocas cartas magnas en el mundo confieren al pueblo la propiedad de los medios fundamentales de comunicación. La prensa cubana anterior al 1959, si bien tuvo a muchísimos dueños preconizó al capital y, salvo excepciones, a la supremacía de unos pocos con respecto a la mayoría.

Cuando Martí fundó el periódico Patria sentenció: “Una es la prensa, y mayor su libertad, cuando en la república segura se contiende, sin más escudo que ella (…) Pero la prensa es otra cuando se tiene enfrente el enemigo (…) Eso es "Patria" en la prensa. Es un soldado. (...) El arma es para herir, y la palabra para curar las heridas”.

Los cambios revolucionarios que amerita nuestra prensa están sucediendo, tal vez no con la rapidez deseada; pero les aseguro que los hemos discutido desde el gremio y los nuevos modelos se conforman a partir de los criterios de la mayoría. Recuerdo ahora a una de mis profesoras de la Universidad cuyo consejo era: “no sean meros repetidores de discursos entronizados”; nunca he presenciado que funcionario alguno haya impuesto su criterio u ordenado quitar o poner algo de las páginas de este rotativo o de un programa informativo de la radio o la televisión.

Buscar la verdad a partir de los hechos es la premisa en un contexto mundial donde los malos se hacen pasar por buenos. El país nuestro, gobernado por cubanos y que no recibe directrices foráneas, ha de avanzar con su prensa a la vanguardia.

  • Compartir:

Escribir un Comentario

We use cookies to improve our website. Cookies used for the essential operation of this site have already been set. For more information visit our Cookie policy. I accept cookies from this site. Agree