Santiago de Cuba,

¿Pasaje en mano? ciento$ volando

23 May 2022 Escrito por  Irma Rivera Sánchez

Aquella mañana la Terminal de Ómnibus Nacionales de Santiago de Cuba estaba en calma. La cantidad de personas encomendadas a la lista de espera no intimidaba; por suerte 'solo' habían 60, aclaró una señora, con la complicidad de quien encuentra una compañera para soportar ese calvario.

Antes había estado en el local donde se reservan los pasajes, y allí, bajo el sol inclemente, también esperaba. Hacían la limpieza del lugar, no había conexión con el sistema y la aglomeración aumentaba frente a la puerta; quedaba claro que la calma era aparente: aquel era terreno fértil para la incomodidad.

“Lean el cartel”, espetó el encargado después de anunciar que todos los pasajes estaban vendidos hasta el 26 de mayo. Con la salida del tren el día anterior y las opciones inmediatas para los ómnibus ya agotadas, en la cola se analizaba la posibilidad de viajar en camiones particulares, pero los menos urgidos se resistían a dar 1 500 pesos por el viaje.

“Tienes que ir a un Banco, que te den la tarjetica blanca con los números y tener el Transfermóvil, después la aplicación te la instala cualquiera”, insistía otra señora a su interlocutora, una mujer que evidentemente poco comprendía en materia tecnológica. Hablaban de las posibilidades que ofrece ‘Viajando’, aunque -dijeron- debía actualizarse temprano y no siempre ocurría.

¡Habana, Habana! se escuchaba en el área exterior al andén del Ferrocarril, donde cuatro camiones particulares se preparaban para salir. “Cuando se llene”, confirmó el machacante de uno que estaba casi listo; el precio, en efecto, era ese que comentaban, aunque él mismo no sabía especificar por qué era tan elevado: “Todo está así”, concluyó su explicación.

La lista de espera aumentaba y para ese momento 100 personas aguardaban un milagro. Era casi mediodía cuando el camión emprendió su camino hacia la capital, “tendría que estar muy desesperada para montar ahí”, dijo Nuria, la portadora del número 38, mientras acomodaba su maletín en la banca.

Había llegado desde La Habana en una guagua arrendada a un cuentapropista ¿El costo de su viaje? nada menos que 1500 pesos. “Yo lo prefiero porque voy cómoda, además me siento segura, los camiones corren mucho”, afirmó con el cansancio de quien espera a la intemperie desde las siete de la mañana y desconoce si retornará a su casa en las próximas horas.

Otra opción es viajar con Víazul pero tampoco podía acceder a esta porque sus servicios se cobran en Moneda Libremente Convertible (MLC), a través de tarjetas internacionales.

Para viajar… Insistir y resistir

La dilación de los viajes interprovinciales en ómnibus no se limita a estas experiencias, así lo corroboran otros criterios recibidos en la Redacción de Sierra Maestra. Según Irelis Hernández, especialista principal comercial de la Empresa Viajero en el territorio suroriental, esto obedece a la alta demanda que tiene el servicio, en un contexto económicamente complejo para el país.

La directiva explicó que cada día viaja un solo ómnibus siguiendo la ruta Santiago-La Habana, con salida a las 9:30 p.m; los martes y jueves, se refuerza con otro, que sale dos horas antes. Los pasajes deben reservarse con 30 días de antelación.

“Se está compitiendo con la aplicación ‘Viajando’ que tiene acceso a todas las capacidades del sistema, sin límites. Es por esto que en ocasiones la compra se hace difícil, la guagua se vende para todo el país”, apuntó que esta aplicación se actualiza a las 8:30 a.m., pero cuando una gran cantidad de personas hace la solicitud, el servidor puede colapsar.

Más difícil resulta el trámite para quienes no poseen un teléfono con sistema operativo Android o desconocen los entramados tecnológicos, pues su única opción siguen siendo las agencias de viajes y los establecimientos que existen en el municipio santiaguero suelen estar saturados.

Al respecto, Hernández expresó que se ha ganado una cultura de reservación y al ser un ciclo corto, las 43 capacidades que tienen los ómnibus se agotan rápidamente. La proyección es extender el ‘área de sombra’ en la agencia ubicada en el Ferrocarril, teniendo en cuenta que solo es posible atender a 20 personas dentro del salón y el resto aguarda afuera.

Sobre la experiencia con la aplicación manifestó que se continúa trabajando con los desarrolladores para perfeccionarla, en cuanto a la oferta señaló que depende de las condiciones que presenten los vehículos.

Hoja de ruta

Rubicel Rivera, director de la Unidad Empresarial de Base Ómnibus Nacionales Santiago, esclareció que la poca disponibilidad de neumáticos y baterías son cuestiones que afectan la frecuencia de los viajes. Con 34 ómnibus en su plantilla, solo 15 están en funcionamiento y siete de estos se emplean para La Habana.

Como parte de una estrategia nacional, desde el pasado mes de diciembre se ha puesto en marcha el arrendamiento de aquellos que están deteriorados y en desuso, a trabajadores por cuenta propia capacitados para repararlos. En Santiago de Cuba, cinco vehículos ya han comenzado a brindar servicios. Irelis Hernández indicó que su vinculación con ‘Viajero’ aún está en proceso de análisis.

En el escenario al cual asistimos poco queda al alcance de la mano, y la comodidad que experimentó Nuria durante su viaje no es asequible para muchos, aunque no tengan asegurado en la agencia un pasaje a 255 pesos. Pese a ello, la demanda es cada vez más alta y se ha replanteado la hoja de ruta.

“No estoy de acuerdo con que se cobre 1 700 o 2 000; pero hoy cuesta mucho mantener un carro como este. Tenemos que pagar petróleo a golpe de Cupet; los neumáticos y las baterías se compran en MLC, son aspectos que se tienen en cuenta al decir 1 500”, evaluó Orlando Milanés, arrendatario del ómnibus conocido como ‘La Niña’. Sin embargo, indagamos que para los arrendatarios los precios del combustible están subsidiados.

Relató que el vehículo estaba prácticamente inutilizable y en la actualidad ofrece las mismas prestaciones que aquellos a cargo de la Empresa. “Tengo asientos para embarazadas y discapacitados, es decisión mía en estos casos cobrar menos, yo valoro.

“La dirección nos exige revisar que se tengan las condiciones técnicas para un viaje y seguridad para los pasajeros, si hay que quedarse hasta las 9:00 p.m cambiando gomas, nos quedamos, porque tenemos que garantizar que el carro salga.

“Damos la bienvenida antes de partir”, expresó mientras le insistía a esta reportera que subiera a su ómnibus para que constatara su confort. Hasta el momento, la escasez de combustible y el sistema de descanso establecido para sus tres choferes solo le permite una salida semanal hacia La Habana, sin duda un aliciente para los afortunados que pueden asumir ese servicio.

Alto en el camino ¿al paladar?

A los inconvenientes para financiar la partida se suman los gastos del camino. Transcurría febrero cuando Leonardo Portes tuvo que desplazarse por razones de trabajo y como en otras ocasiones, reservó su pasaje en la agencia ubicada en el Ferrocarril. Una vez en el ómnibus, no recibió explicación sobre las paradas establecidas para alimentarse.

Estaba irremediablemente listo para hacerlo en un establecimiento particular, pero el menú tomó por sorpresa a su bolsillo. “Tuve suerte, en ese momento quedaba lo más barato, el plato de 150 pesos, y la dieta que me habían asignado era de 120: para la ida 90 y 30 pesos de desayuno cuando regresara.

“He visto personas que no tienen posibilidades para comer, incluso se sientan en la mesa y se paran cuando ven las cartas”, a pesar de sus múltiples experiencias viajando por carretera, aún desconoce cuáles son las regulaciones en este sentido.

Según Rubicel Rivera, la alimentación “está prevista que sea en instituciones estatales. Por ejemplo, el ómnibus de las 9:30 p.m no tiene parada para este fin, se supone que en ese horario todo el que abordó ya lo haya hecho, el desayuno es en el primer Conejito de Aguada de Pasajeros, y como se llega a La Habana a las 11 de la mañana, no hay almuerzo”.

Argumentó que cuando están en funcionamiento los ómnibus con salida a las 5:00 a.m y 2:30 p.m, también debe detenerse para comer donde haya establecimientos estatales, y en la mayoría de los casos la población prefiere a los particulares.

“El chofer tiene la indicación de parar en Jatibonico, porque es horario de comida, y ante cualquier malestar o necesidad fisiológica que presente algún pasajero, aunque no haya una parada establecida, tenemos la obligación de atender a ese ciudadano”, afirmó Rivera.

El directivo explicó que antes de salir, el conductor debe identificarse y en la bienvenida anunciar el destino, el horario de llegada, así como las paradas para alimentación, “cuando los viajeros pregunten y pidan lugares estatales, llevarlos o explicarles”.

Sin embargo, en las plataformas digitales del Sierra Maestra varios usuarios refieren que este no es el proceder habitual. “Es una realidad que los choferes siempre paran en ‘particulares’, en los que conocemos como paladares”, opinó Leonardo al respecto. Entre viajeros predomina el criterio de que acceden a estos entornos con toda intención y no queda margen de oportunidad para muchas personas.

Rubicel Rivera declaró que es decisión personal de los choferes alimentarse en instituciones estatales o privadas. Ómnibus Nacionales costea sus gastos de hospedaje y tiene establecidas dietas de 30 pesos para el desayuno, 90 para el almuerzo e igual cifra para la comida.

Ante las nuevas realidades, habría que valorar si el monto de las dietas para trabajadores es suficiente. Lo cierto es que en tiempos económicamente exigentes para todos, apegarse a los protocolos y señalar dónde se encuentran las distintas opciones en cada parada es lo más apropiado.

Si como se plantea la mayoría de los viajeros prefiere almorzar o comer en centros particulares, ¿qué opciones tendría la otra parte? ¿Existen ofertas estatales en el itinerario; son atractivas para personas que pasarán muchas horas de viaje? Estas interrogantes deben ser revisadas por los decisores.

Pequeños detalles quizás, para quienes tienen la responsabilidad de mantener estos servicios a pesar de los escollos; en cambio, son grandes gestos para los viajeros que ya enfrentan dificultades y precios altos desde el momento en que buscan un pasaje.

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Comentarios

  • JORGERF JORGERF Monday, 23 May 2022

    Sin comentario la lectura de la publicacion lo dice todo y el anuncio esta bien grande ¨SALVECE EL QUE PUEDE¨.

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