Santiago de Cuba,

Opinión

La fecha del 1ro. de enero marca, en distintos tiempos, un hito en las relaciones Estados Unidos-Cuba. Ese día de 1899, se materializó una larga aspiración imperial, al quedar instaurado en Cuba un gobierno interventor militar norteamericano.

Como un ave de mal agüero, el Departamento de Estado norteamericano anunció la inclusión  de Cuba, junto a otras naciones, en la lista negra de  los países que violan la libertad de religión.

Como un ave de mal agüero, el Departamento de Estado norteamericano anunció la inclusión de Cuba, junto a otras naciones, en la lista negra de los países que violan la libertad de religión.

Una vecina lectora, enfermera  jubilada desde hace 12  años, se quejaba  de los altísimos precios de los productos existentes en el mercado agropecuario cercano a su vivienda, exponiendo como ejemplo, que la libra de tomate de ensalada está a 140 pesos.

Controlar una epidemia de dengue como la que afecta actualmente a este país no es cosa de un día. Y menos si las limitaciones para enfrentar la contingencia radican, fundamentalmente, en la escasez de recursos indispensables para atacar las causas del problema.

Nadie tiene que explicarnos lo que es y cómo se siente vivir signados por las consecuencias de una guerra económica porque eso es asunto de todos los días, aunque algunos se crean la historia de que el bloqueo “es muela”, que solo afecta al Gobierno y que las múltiples privaciones sufridas por la población se deben a la “maldad” e “ineptitud” de los decisores.

Cuba logró una  contundente victoria contra el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos en la ONU, cuando la comunidad internacional  emitió 185 votos a favor de este país, dos en contra y dos abstenciones, en la Asamblea  General del  organismo, efectuada los días 2 y 3 del presente mes de  noviembre.

Un fantasma recorre la Administración de Estados Unidos; es el fantasma de la sanciones y  de situar a países progresistas  de  América Latina en listas espurias y unilaterales, como promotores del terrorismo, tolerancia al tráfico de drogas y la violación de los derechos humanos.

Así reza un viejo refrán, que como a todos le asiste mucha razón, y es que empujar y no darse golpe, refiere acciones ausentes de valentía; es propio de aquellos que incitan a otros a actuar -muchas veces sin dar la cara-, sin comprometerse con los riesgos y las consecuencias.

“Esto deben entregárselo a Estados Unidos”, expresó un vecino cuando se interrumpió el servicio eléctrico en uno de los días más  complejos para el Sistema Eléctrico de Cuba, al  producirse un déficit de más de 1000 MW.

Page 9 of 13
We use cookies to improve our website. Cookies used for the essential operation of this site have already been set. For more information visit our Cookie policy. I accept cookies from this site. Agree