Según refirió a la Agencia Cubana de Noticias Dalia Ruiz, responsable de ese programa en Santiago de Cuba, para alcanzar esos propósitos en el territorio cuentan con un equipo de vigilancia integral en consultorios del médico de la familia, policlínicos y hospitales.

Señaló, además, entre las estrategias adoptadas para optimizar el bienestar en la ancianidad el funcionamiento de círculos y casas de abuelos, hogares de ancianos, clubes de dómino y la Cátedra del Adulto Mayor.

Respecto al nuevo Código de las Familias, Ruiz subrayó la importancia de sumar responsabilidades a otros familiares, en aras de reforzar la protección a los abuelos.

Miriam Rodríguez, de 81 años de edad, aseguró sentirse privilegiada, pues dedica tiempo a la imagen personal, reunirse con amigos y participar en actividades culturales en lugar de aislarse de la sociedad.

Las personas ven en la vejez el fin de la vida, afirmó, y los espacios para abuelos brindan la oportunidad de intercambiar experiencias, improvisar, cuidar la salud mediante ejercicios físicos, mentales y otras actividades recreativas.

Dados los alarmantes índices de envejecimiento poblacional en el territorio y el país, el sistema de Salud Pública de Cuba implementa disímiles acciones, a fin de proteger a los adultos mayores.