Print this page

Con ingenio y perseverancia

19 July 2025 Escrito por  Angela Santiesteban Blanco, Luis Alberto Portuondo y Darielsis Martínez (Estudiante de Periodismo)

De visita en la CCS Mártires de El Caney, del propio poblado, conocimos a un asociado que en la nomenclatura de la entidad se clasifica como trabajador agropecuario sin tierra, y posee una minindustria procesadora de carne de cerdo y pollo, en Félix Pena Ducureaux, reparto Santa Teresa, consejo popular El Caney.

Por la discreción del lugar es inimaginable lo que encierran las paredes del centro de elaboración; en su interior uno tropieza con tachos, removedores, horno, empacadora... en fin, todo lo necesario para procesar la materia prima que utilizan.

Lo asombroso es su equipamiento completamente artesanal; cada una de las máquinas que están funcionando llegaron a ese lugar como un amasijo de hierros que fueron dados de baja en industrias del territorio por su obsolescencia y roturas, y aquí fueron devueltas a su vida útil con ingenio y perseverancia, acotó su dueño Wuilbert Hernández Almenares, un TCP con deseos de hacer y contribuir a la alimentación del pueblo.

“Poco a poco recopilando instrumentos, tarecos, como se dice popularmente, que luego armamos, un invento por aquí, otro por allá, soldaduras, montaje de circuitos y motores rescatados... todo esto que hoy está funcionando es trabajo de muchas personas que colaboraron para echarlo a andar.

“Tenemos siete trabajadores en el centro de elaboración, cuatro dependientes en dos puntos de venta, y una persona que ayuda con la documentación de oficina”, acotó.

Hernández Almenares nos comentó que la materia prima que utilizan en su mayoría es importada, y la adquieren a través de Mipymes en la capital, por ejemplo: “nailon, estabilizantes, productos químicos y cárnicos, estos últimos a veces lo adquieren en los porcinos estatales, según la disponibilidad.

Rigor y disciplinas en sus líneas productivas

Nuestra visita no estaba avisada, pero nada cambió su rutina. La limpieza era impecable, los trabajadores cumplían con las normas higiénicas establecidas: uniformes, gorros, guantes, nasobuco, botas de gomas; lo que demuestra el apego a los parámetros para la inocuidad de los alimentos.

Por tales empeños, 10 de sus productos están certificados por el Instituto Nacional de Higiene y Epidemiología y cuatro se encuentran en proceso de certificación. También solicitaron a la plataforma de productores industriales de alimentos, que rige la Industria Alimentaria y la Oficina Nacional de Inspección Estatal (Onie), su certificación.

Gracias a esta oficina, cinco trabajadores fueron acreditados como evaluadores sensoriales, “ellos se encargan de llevar todos los meses varios productos al laboratorio, y allí quedan certificados como aptos para el comercio; mecanismo efectivo utilizado para la evaluación de la mercancía”, dijo el responsable del área.

“Hoy están certificados el jamón viking, la hamburguesa de pollo y de cerdo, el lomo ahumado, la jamonada, y en proceso de certificación el jamón sándwich de cerdo, realizado con un aditivo que le da un sabor característico, y jamón sándwich de pollo.

“Entre las líneas productivas están la de elaboración de embutidos, croquetas, hamburguesas, picadillos, masa cárnica, en fin, todos los derivados de carne de cerdo y pollo”.

Nos comentó que generan diariamente de 400 a 500 kilos de todos los productos, y que los precios oscilan: el picadillo de 180 a 230 pesos, la hamburguesa de pollo a 60 pesos y la de soya a 40, ambas de 50 gramos.

Principales clientes

“Nuestro principal cliente es la población, pero ofrecemos productos a empresas estatales como el Mined, el IPVCE Antonio Maceo, al sector de la construcción, el Turismo, en específico Islazul, y próximamente lo haremos con Palmares y Cubanacan.

“Contamos con dos Puntos de Venta: en Calvario esquina a San Germán, y Madre Vieja entre Garzón y Escario. Ambos funcionan de 8:00 a.m. a 12:00 m y de 2:00 p.m. a 5:30 p.m., allí pueden encontrar nuestra gama de embutidos”.

Todos los meses esta pequeña industria da atención a los vulnerables y casos sociales de la comunidad y a quienes pidan su ayuda de acuerdo con su condición, asumiendo este encargo social por propia voluntad. Su dueño nos explica que asignan una cantidad determinada para esas personas necesitadas, previa coordinación con el presidente del Consejo Popular.

No falta el aporte familiar

Sánchez nos comentó que su emprendimiento es también familiar, en él laboran su esposa y madre, quienes se ocupan del trabajo de Oficina.

Su mamá, conocida por el mote de La China -nombre que tiene uno de sus puntos de venta-, nos afirma:

“Ayudo a mi hijo a que cumpla con sus sueños; él siempre tuvo en mente tener un negocio propio, pero nunca dejó los estudios. Estoy muy orgullosa de mis dos hijos, por suerte se dedican al mismo trabajo de forma independiente y admiro como se ayudan

“Contratiempos siempre hay, desde noviembre de 2024 Wuilbert solicitó el cambio de TCP a Mipyme y no le han dado respuesta, a pesar de la valía del trabajo que realizan, pero esto frena el desarrollo del emprendimiento”, concluyó.

Sin duda, la minindustria de Hernández Almenares no tiene nada que envidiarle a cualquier otra, aunque su equipamiento es manufacturado y recuperado, funciona al compás del reloj e impresiona por la limpieza del local.

Sugerente es un mural visible con toda la información que necesita el colectivo laboral, desde las normas establecidas, las leyes que deben cumplir los TCP, el reglamento implementado, las tarjetas de entrada y salida; también exhiben diplomas y reconocimientos otorgados por diferentes entidades, lo que avala la calidad de estas producciones.

  • Compartir:
We use cookies to improve our website. Cookies used for the essential operation of this site have already been set. For more information visit our Cookie policy. I accept cookies from this site. Agree