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Memorias de una cajera

06 October 2025 Escrito por  David Alejandro Medina Cabrales, estudiante de Periodismo y MsC. Milagros Alonso Pérez

En la antesala del 13 de octubre, Día del Trabajador Bancario, y cuando el sistema bancario cubano celebra sus 65 años, cabe destacar el esfuerzo y sacrificio de quienes han sido parte esencial de esta institución. Maribel Núñez Vinet es una de ellas, una cajera que con 60 años cumplidos y 40 entregados al banco, se prepara para jubilarse con la satisfacción del deber cumplido.

Su ingreso al sistema bancario tiene el sabor de otra época, marcado por relaciones personales y confianzas que trascendían lo formal. “Mi mamá habló con una compañera que era la directora del banco en ese entonces, Zenaida Ferrer”, expresó con una sonrisa que atraviesa los años. Ese encuentro casual definió su destino cuando la directora sentenció: “Llévamela”. Así comenzó su andadura el 27 de mayo de 1985 en el banco Altos del Gallito, donde permanece hasta hoy.

“Toda mi juventud ha sido en este banco, son muchos años”, confesó. Su mente viaja hacia los numerosos trabajos voluntarios y el espíritu de solidaridad que caracterizaba aquellos días. Su carrera fue transitando por diversos puestos, cada uno dejando una huella imborrable en su formación profesional y personal.

Comenzó en el área de crédito durante la implementación de la Nueva Ley General de la Vivienda en 1985, cuando se captaron numerosos recién graduados. “Luego vinieron los créditos personales que se le daban a las personas”, explicó sobre aquellos años formativos. Su versatilidad la llevó luego al área de ahorro, donde consolidó su experiencia antes de dar un nuevo paso.

Durante ocho años se desempeñó en contabilidad, adquiriendo conocimientos que luego le serían de gran utilidad. Finalmente, encontró su lugar en caja, la responsabilidad que desempeña actualmente con orgullo y dedicación. Sobre su inminente jubilación, comentó con mezcla de nostalgia y esperanza: “Le voy a dar paso a la juventud”.

“Viví todos los procesos del banco, empezamos trabajando manual”, recordó. El paso a la automatización representó uno de los desafíos más grandes, con jornadas intensas de adaptación y aprendizaje. A través de todos estos cambios, mantuvo una convicción: “El banco te aporta y te ayuda mucho”.

Su trayectoria ejemplar ha sido reconocida en múltiples ocasiones con medallas y distinciones del sindicato. Estos reconocimientos demuestran el compromiso de toda una generación que vio en el banco más que un trabajo. Para Núñez Vinet, ha sido una escuela de vida donde forjó carácter, amistades y propósito.

Hoy Maribel siente que su vida y la institución son una sola historia. Cada medalla cuenta no solo de su esfuerzo personal, sino del camino recorrido junto a sus compañeros. Su ejemplo permanecerá en los protocolos que ayudó a implementar y en la ética laboral que transmitió a las nuevas generaciones de bancarios.

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