El despliegue de barcos, aviones, un submarino y miles de efectivos estadounidenses en la región, con el –ya manido– pretexto de la lucha contra el narcotráfico y criminales que, supuestamente, arriesgan la seguridad de la potencia del Norte, ha sido fuertemente criticado.
La posición de Cuba al respecto quedó clara por medio del miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, quien, en su cuenta en x, expresó su apoyo a la unidad latinoamericana frente a la injerencia extranjera.
El Canciller de la Isla exigió que, ante estos hechos, bajo las justificaciones que responden a «la corrupta agenda» de Marco Rubio, el secretario de Estado de EE. UU., América Latina y el Caribe debe ser «respetada como zona de paz». Fue ese también el motivo de una declaración emitida por la prestigiosa institución cultural cubana Casa de las Américas, en la que se destaca que esta acción, que sí representa un peligro para la soberanía regional, «parecería una gastada farsa, si no fuera porque puede derivar en tragedia».
La entidad denuncia también los hechos que coinciden con la «impúdica» decisión de poner precio a «la captura» del presidente legítimo de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, anunciada por Rubio.
La declaración advierte sobre la ambición de Donald Trump de «llevarse la gloria de ser el enterrador de la Revolución Bolivariana», en una búsqueda sin sentido por consolidar sus ambiciones de liderazgo mundial, a costa de lo que sea, incluso, de la estabilidad y de la paz en América Latina.
Esta referencia al accionar de la Casa Blanca evoca los tiempos de la Doctrina Monroe, cuando Estados Unidos consideraba a América Latina y el Caribe como su «patio trasero», y se arrogaba el derecho de intervenir en los asuntos internos de la región, violando así todas las normas de la convivencia internacional.
Frente a esta amenaza, la Casa de las Américas instó a las fuerzas de izquierda en la región a trabajar por la unidad, evitando caer en «trampas y manipulaciones que solo benefician a la reacción y al fascismo».
El documento cita como ejemplo doloroso los previsibles resultados de las elecciones en Bolivia, como muestra del costo de la desunión, por lo que reconoce la importancia del debate y el análisis colectivo de situaciones complejas, y subraya que es fundamental tener claro quién es el «enemigo principal de los ideales de Bolívar y Martí».
En cuanto a lo que América Latina respecta, es más necesario que nunca el llamado del Apóstol de la independencia de Cuba, cuando expresó: «¡Los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes», citó Casa de las Américas.