Print this page

Un acto tan simple como estar atentos

07 July 2025 Escrito por  David Alejandro Medina Cabrales (estudiante de Periodismo)
Tomado de Internet

El verano es sinónimo de diversión, playas y días largos al aire libre. Trae consigo un ritmo distinto: calles más animadas, ríos abarrotados y un sol que invita a disfrutar. Sin embargo, esta temporada también exige redoblar la vigilancia, especialmente cuando se trata de la seguridad de los más pequeños de casa.

En el hogar, los riesgos aumentan con las altas temperaturas y el mayor tiempo de ocio. Caídas desde alturas, intoxicaciones por medicamentos o productos de limpieza, y quemaduras son incidentes frecuentes que pueden evitarse con medidas sencillas, como instalar protecciones en ventanas, mantener sustancias peligrosas bajo llave y supervisar constantemente a los más pequeños, sobre todo si hay piscinas o recipientes con agua cerca.

Las calles, con su bullicio característico, se convierten en otro foco de peligro. El aumento del tránsito durante la temporada estival eleva el riesgo de atropellos, sobre todo en zonas urbanas donde el movimiento vehicular es intenso.

Los padres deben asegurarse de que los niños crucen siempre por los pasos peatonales, enseñarles a mirar ambos lados antes de avanzar y, en el caso de los más pequeños, mantenerlos de la mano en áreas con mucho tráfico.

Si se viaja en auto, el cinturón de seguridad es indispensable, incluso en trayectos cortos, y lo más importante es viajar con total sobriedad, pues en muchos casos los accidentes de tránsito son producidos debido al estado de embriaguez de los choferes.

No son precauciones exageradas; son barreras contra lo imprevisible, pues como dice bien el dicho: es mejor precaver que tener que lamentar.

En playas y ríos, la alegría del verano puede tornarse en tragedia en cuestión de segundos. Santiago de Cuba, con sus extensas costas, atrae a miles de familias en busca de un refrescante escape al calor, pero el mar no siempre es benigno. Las corrientes submarinas y el oleaje fuerte son amenazas silenciosas.

La supervisión constante es clave: los niños deben estar al alcance de la mano, nunca solos, incluso si saben nadar. Los flotadores y juguetes inflables dan una falsa sensación de seguridad; es preferible optar por chalecos salvavidas. Además, es fundamental respetar las indicaciones de los salvavidas y evitar adentrarse en zonas no vigiladas.

Este verano 2025, que tiene como slogan Siempre Joven, debe ser sinónimo de disfrute, no de lamentaciones -igual que en años anteriores-. En un país donde la familia es la célula fundamental de la sociedad -reconocida así en el artículo 81 de la Constitución de la República-, proteger a los niños es una responsabilidad colectiva.

Las autoridades juegan su papel con campañas de prevención y señalización adecuada, pero la conciencia individual marca la diferencia, y siempre la responsabilidad última recae en los adultos. Este año, mientras el sol brilla y la brisa invita al descanso, no bajemos la guardia. Porque, el verdadero verano seguro empieza con un acto tan simple como estar atentos, y la diferencia entre un recuerdo feliz y una tragedia puede ser un simple segundo de atención.

  • Compartir:
We use cookies to improve our website. Cookies used for the essential operation of this site have already been set. For more information visit our Cookie policy. I accept cookies from this site. Agree