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El futuro tiene nombre de niño

01 June 2025 Escrito por  David Alejandro Medina Cabrales (estudiante de Periodismo)

Cada 1ro. de junio, el mundo celebra el Día Internacional de la Infancia, una fecha que en Cuba se viste de colores, risas y sueños conquistados. Mientras en otros países millones de niños enfrentan pobreza, guerras, discriminación o explotación, esta Isla antillana -bloqueada hace más de 60 años- le recuerda a todos, que aquí, la infancia es sagrada.

No siempre fue así. Antes de 1959 -durante el periodo de los gobiernos extranjeros-, Cuba compartía las sombras del abandono infantil que hoy persisten en gran parte del planeta. Pero la Revolución cambió esa dura realidad. Nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro, firmó en 1961 la Campaña de Alfabetización y luego extendió escuelas hasta el último rincón de la montaña. “Los niños son la esperanza del mundo”, dijo el Apóstol, y esa frase se convirtió en ley.

Hoy, los números hablan: el 99,5% de los niños cubanos entre cero y seis años están atendidos por el programa Educa a tu Hijo o los Círculos Infantiles, reconocidos hasta por la UNICEF. No hay prostitución infantil, ni mendicidad, ni pequeños soldados. En su lugar, hay aulas llenas, vacunas gratuitas contra 13 enfermedades y una mortalidad infantil de las más bajas de América.

En una comunidad santiaguera como Los Negros, los niños corren tras una pelota bajo el sol de la tarde en el parque central. Daniela, de 12 años, contó entre risas que quiere ser maestra. “Como la mía, que me enseña de todo”, dijo. Su madre, Arianna, miró orgullosa a su pequeña: “Aquí no hay que elegir entre comer o estudiar. Eso es paz”.

En el municipio de Tercer Frente -un territorio 100 % montañoso y obra de la Revolución-, la historia se repite. Las escuelas albergan a niños como Luisito, hijo de campesinos, que a sus 11 años ya domina la computación. “Mi abuelo no sabía leer; yo quiero ser ingeniero”, confesó. Es el milagro cotidiano de una nación que, pese a bloqueos y dificultades, prioriza a los que son el futuro.

Claro que no es un paraíso perfecto. La escasez de materiales, los efectos de la pandemia y la crisis económica global también tocan a los más jóvenes.

Pero Cuba responde con resistencia creativa -como nos ha pedido el Presidente Díaz-Canel-: talleres de pintura, y médicos que visitan casa por casa.

Este domingo 1ro. de junio, mientras el mundo recuerda que 600 millones de niños aún viven en pobreza, 2360 han muerto y 5364 han sido heridos a consecuencia de los incesantes ataques en Palestina, Cuba celebra con una certeza: aquí, la infancia es un derecho, no un lujo. Y aunque quedan batallas, el camino está claro.

Hoy, en la Mayor de las Antillas, ese mañana se construye con libros, vacunas y sobre todo, con ternura. Porque el futuro, al fin y al cabo, tiene nombre de niño.

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