La estrategia, liderada por Beatriz Johnson Urrutia, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y primera secretaria en la provincia, junto al gobernador Manuel Falcón Hernández, ha contado con el respaldo coordinado del sistema de Comercio, el Ministerio del Interior, Tropas Guardafronteras, Capitanía del Puerto, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y pescadores particulares de Siboney.
Según explicó Edelva Marín Medina, coordinadora de Programas y Objetivos del Gobierno Provincial, la comunidad 13 de Agosto quedó completamente incomunicada luego de que las lluvias destruyeran los ya deteriorados caminos de acceso.
“Estamos llevando módulos alimentarios que combinan productos del sistema de comercio interno y aportes solidarios. Nuestro objetivo es contribuir al sustento básico de cada habitante, con atención especial a los que se encuentran en situación de vulnerabilidad”, señaló la coordinadora.
Los módulos incluyen alimentos como arroz, azúcar, aceite, galletas, sopas instantáneas, pan, carnes procesadas y pollo. Además se expenden comidas listas para consumir, dirigidas a hogares que carecen de condiciones para cocinar.
Destaca entre los aportes una donación del Programa Mundial de Alimentos, compuesta por arroz, aceite y granos, con cobertura total para los consumidores de la comunidad. También actores económicos del sector no estatal han contribuido con leche en polvo, caramelos, jugos y confituras destinadas a los niños.
Marín Medina detalló que algunos productos se venden a precios regulados y otros se entregan gratuitamente, según el tipo de aporte y el nivel de vulnerabilidad de cada familia.
“Hasta la fecha hemos distribuido más de 600 mil raciones de alimentos preparados y dado atención diferenciada a más de 2 500 familias en zonas de difícil acceso del territorio. En el caso de 13 de Agosto, ya unas 80 personas han recibido ayuda directa”, indicó.
Marín Medina destacó también el accionar de las Tropas Guardafronteras que, con la colaboración de propietarios de embarcaciones, aseguraron el transporte marítimo de los suministros.
Pobladores del lugar expresaron su agradecimiento por la asistencia y asombro por la magnitud del fenómeno meteorológico.
«Hace 39 años que vivo aquí y he visto crecidas grandes como las 1986 y 1993, pero ninguna como esta. El río Baconao creció como nunca y hay quienes cruzan con el agua al pecho para buscar alimentos”, relató Odalis Rodríguez Rodríguez, vecina de la barriada de María del Pilar.
Estas acciones buscan mitigar los efectos inmediatos del evento climático en zonas de difícil acceso.