El especialista subrayó que no se trata de una enfermedad que concluye en siete o quince días, sino que continúa su curso inflamatorio, con afectación de las articulaciones y compromiso potencial de múltiples órganos.
Entre los síntomas característicos, mencionó que la fiebre del chikungunya “es de las más elevadas entre las arbovirosis”, puede estar precedida por dolores articulares y se acompaña de una artritis incapacitante “que afecta de manera simétrica prácticamente todas las articulaciones”. A ello se suman erupciones cutáneas, conjuntivitis y linfoadenopatías en algunos casos.
Como parte de las manifestaciones más graves, el doctor advirtió que también pueden aparecer problemas neurológicos como meningoencefalitis, mielitis y síndrome de Guillain-Barré, así como complicaciones cardiovasculares.
“Un enfermo de chikungunya debe hacer reposo porque sus órganos están dañados. Si realiza actividad física corre riesgo de sufrir una arritmia u otro evento cardiovascular”, afirmó.
Otras posibles complicaciones incluyen afectación hepática, renal, episodios hemorrágicos y lesiones dermatológicas severas.
Castro Peraza insistió en que el autocuidado comienza por la responsabilidad individual: acudir al médico y evitar actividades físicas durante la fase aguda.
“Cuando los síntomas articulares incapacitan menos, tendemos a ser más atrevidos con las actividades. Y no debe ser así”, alertó.
Sobre la evolución clínica, detalló que la fase aguda se extiende desde el primer día hasta la tercera semana. Es un período en el que la inflamación es activa, por lo que el paciente requiere vigilancia estrecha y, en muchos casos, ingreso domiciliario.
Deben ser hospitalizados los adultos mayores solos o con comorbilidades, los infantes menores de un año, las embarazadas y quienes presenten fiebre elevada persistente por más de tres días, deshidratación moderada o severa, descompensación de comorbilidades, trastornos de la conducta, desorientación o imposibilidad de valerse por sí mismos.
La etapa subaguda, de tres semanas a tres meses, mantiene los fenómenos inflamatorios articulares sin criterios de gravedad. “La mayoría de las personas mejorará en un período de tres meses”, aseguró el doctor, aunque reconoció que un pequeño grupo puede pasar a la cronicidad, con dolores persistentes o derrames de líquido sinovial.
En cuanto al tratamiento, precisó que la fase aguda exige reposo absoluto, hidratación y alivio de la fiebre y el dolor. El paracetamol y la dipirona constituyen la primera línea analgésica, mientras que el tramadol se reserva para segunda línea. Señaló que la aspirina está contraindicada y que no se recomiendan ibuprofeno u otros similares durante esta etapa.
En la fase subaguda pueden emplearse antiinflamatorios no esteroideos -como el ibuprofeno- por un período de siete a 10 días. La prednisona puede indicarse durante cinco días a bajas dosis, aunque “no todos los pacientes la necesitan”.
Para la etapa crónica, apuntó que la atención debe corresponder a equipos multidisciplinarios y especialistas en reumatología, centrados en el manejo del dolor persistente. Añadió que el virus compromete los nervios periféricos, por lo que “las vitaminas del complejo B ayudan a aliviar estos fenómenos”.
Jusvinza: Un fármaco cubano en estudio para el chikungunya
La doctora María del Carmen Domínguez Horta, investigadora del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), explicó las potencialidades del Jusvinza, un fármaco creado originalmente para la artritis reumatoide y utilizado luego en más de 15,000 pacientes con covid-19, con una recuperación superior al 85%.
Domínguez Horta indicó que, dado que el chikungunya se caracteriza por fuertes dolores articulares, el Jusvinza -cuyo principio activo es un péptido inmunomodulador- podría ser de utilidad. No obstante, enfatizó en la responsabilidad ética de no emplear un medicamento sin previos estudios para esa indicación específica.
“Actualmente se realizan ensayos clínicos y estudios con este medicamento [...] en el hospital Faustino Pérez de Matanzas”, confirmó. “Como científicos consideramos que Jusvinza puede ayudar a reducir el dolor, pero es una hipótesis que tiene que corroborarse con los estudios. Si es así, el Jusvinza se incorpora a los protocolos”.
(Tomado de Cubadebate)