El acto central por la efeméride, ganado por la indómita provincia por historia y resultados, ha estado antecedido de intensas jornadas de trabajo en todos los sectores económicos y sociales, que se redimensionan teniendo en cuenta el difícil contexto de limitaciones en que se desarrollan.
Aún con ese lastre las mujeres y hombres de la infatigable Santiago, con el movimiento sindical marcando la vanguardia, han avanzado en la concreción de tareas diversas, visibles con especial connotación en las más de 300 obras que se estrenan como regalo por la fecha moncadista.
Una revolución constructiva, de embellecimiento de comunidades y centros laborales, así como de remozamiento de sitios históricos vinculados a los sucesos del 26 de julio de 1953, tienen lugar por estos días.
Santiago de Cuba bulle, muestra sus mejores galas y hace ciertas las palabras del cantor: Santiago, cuna y pan, Santiago, florecido Santiago, espera su fecha cumbre, es como si los jardines, sabiendo que no se sufre, o como si la ciudad, con la historia que la cubre, estrenara cada julio un nuevo juego de luces.