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El secuestro de la política de EE.UU. hacia Cuba y Latinoamérica

26 October 2022 Escrito por  Rafael Carela Ramos

Un fantasma recorre la Administración de Estados Unidos; es el fantasma de la sanciones y  de situar a países progresistas  de  América Latina en listas espurias y unilaterales, como promotores del terrorismo, tolerancia al tráfico de drogas y la violación de los derechos humanos.

En declaraciones recientes del Departamento de Estado norteamericano, fueron calificados como “represoras“  tres naciones soberanas de América Latina: Cuba, Venezuela y Nicaragua. Con un infundado pretexto  a Cuba se le mantiene “como patrocinadora del terrorismo”;  a Venezuela se acusa de tolerar el “tráfico de drogas”; y a Nicaragua como “violadora de los derechos humanos”. En ningún caso, USA ha  presentado pruebas sobre estas acusaciones, lo que le confieren un carácter ilegal.

Estar en una lista como la que impone el Gobierno estadounidense,  es parte de su política agresiva contra otros países; sin embargo, esto va más allá, pues ello constituye, como en el caso particular de Cuba, por ejemplo, un motivo para imponer el endurecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero; una sanción económica; el no acceso a créditos de organismos internacionales, como el FMI o el Banco Mundial; la negativa de bancos a realizar operaciones monetarias y financieras, o la negativa de las navieras a transportar mercancías, por  temor a represalias del imperio.

Esta política que llevó a cabo la anterior  y mantiene la actual administración norteamericana, tiene su sostén  en el sector más reaccionario del Congreso de ese país, en el que se destacan personeros cubano-americanos, despreciables odiadores contra la tierra que vio nacer a sus padres o abuelos, algunos de los cuales fueron emigrantes después del triunfo de la Revolución en 1959.

Veamos declaraciones de estos congresistas anticubanos:

Marco Rubio, senador republicano por La Florida:” Invitar a Cuba a la Cumbre de las Américas sería un flagrante error”.

Rubio, en un acto electoral con vistas a las elecciones congresionales del próximo 8 de noviembre, efectuado en el “Museo Americano de la Diáspora Cubana de Miami”, acaba de afirmar que la única razón por la que la administración Biden no ha regresado a las políticas de Obama hacia Cuba es porque “le tiene miedo al exilio cubano de la Florida”.

Es sabido que el control mafioso cubanoamericano sobre el voto en el estado de la Florida dio la “apretada” victoria a Bush hijo sobre Al Gore en las elecciones presidenciales del año 2000 y que el jefe de la campaña electoral demócrata en aquella ocasión, Ron Klain, actual jefe de gabinete de Biden, quedó traumatizado para siempre, al extremo que se cuenta en Washington que el Señor Klain no quiere escuchar hablar del menor contacto con Cuba, recordó Cubadebate.

El senador demócrata Bob Menéndez, nuevo presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, fue uno de los principales críticos, dentro del partido demócrata, al acercamiento entre las dos naciones promovido por la administración de Barack Obama.

Bob Menéndez exigió al mandatario actual que condicione una eventual negociación con el archipiélago a «mejoras en la situación de los derechos humanos y las libertades políticas».

El republicano Ted Cruz, uno de los senadores por Texas, también aludió a las políticas hacia Cuba del expresidente Barack Obama (2009-2017) para atacar a Biden, que fue su vicepresidente.

Algunos senadores de EE.UU. rechazaron las medidas de reapertura a Cuba anunciadas por el presidente estadounidense, Joe Biden, entre las que se incluye el restablecimiento de los vuelos, el fin del límite a las remesas y la reanudación de un programa de reunificación familiar.

Entre los senadores que condenaron las medidas de Biden figuran el presidente del comité de Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, así como los senadores republicanos Marco Rubio y Ted Cruz, todos de origen cubano, afirmó EFE.

Todas estas expresiones y otras no menos beligerantes contra Cuba, tienen su fundamento en el bloqueo de EE.UU., que ha provocado, como informó Bruno Rodríguez, ministro de Relaciones Exteriores, de agosto del 2021 a febrero del 2022, pérdidas por  3 806,5 millones de dólares  y desde su imposición hace más de seis décadas  154 217,3 millones de dólares a precios corrientes, además de un  grave daño humano en carencias y limitaciones, que es inmedible.

Pero, a pesar  de las enormes afectaciones ocasionadas a esta pequeña isla del Tercer Mundo,  el imperio más rico y poderoso del mundo  no ha podido doblegar al pueblo cubano, trabajador y patriótico, sabedor de que sin bloqueo, Cuba sería mejor y más próspera para todos.  

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