Así quedó demostrado, recientemente, en el Encuentro Internacional de Solidaridad con Cuba y el antiimperialismo, a 200 años de la Doctrina Monroe, cuando voces de diferentes países se alzaron para recabar la unidad y respaldar a nuestro heroico pueblo en su batalla frente a una crisis económica, ocasionada, esencialmente, por el imperio norteño.

Desde 1823 quedaron explícitas las intenciones de los norteamericanos de constituirse como poder hegemónico en Las Américas para adueñarse de sus recursos naturales y decidir, a ultranza, el futuro de esos países para beneficio propio, objetivo que con Cuba no han podido lograr ni lo lograrán.

El triunfo de la Revolución rompió todos sus planes, de ahí las miles de acciones gestadas para acabar con el sistema, desde las agresiones, sabotajes, intentos de asesinatos a Fidel y otros dirigentes; el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por más de 60 años y hoy, la campaña mediática que adiciona, además, el bochornoso acto de incluirnos en la espuria lista de estados patrocinadores del terrorismo.

Así, en el acto de clausura del referido encuentro, el Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, analizó cómo frente a esta política hostil del imperio, el movimiento de solidaridad, en medio del desafío, es cada vez, más fuerte. Y es que sobran ejemplos de todo cuanto ha hecho la Revolución por el bienestar de los cubanos y por ayudar a los pueblos, a pesar de las carencias; verdad que tratan de empañar para desacreditar y crear desconfianza.

“¿Por qué la Revolución cubana -preguntó Díaz-Canel- escogió el camino del socialismo para la prosperidad?” Y, a seguidas dijo: “Porque es la única alternativa frente al capitalismo, porque es el único camino para darle el poder al pueblo y las decisiones sobre el país y el futuro”.

Ante los ojos de la humanidad Cuba es un gran ejemplo de resistencia y de dignidad, esa resistencia que nos hace crecer ante la asfixia económica, puesta a prueba cada día en todos los hogares cubanos por la falta de alimentos básicos, por las afectaciones eléctricas, porque recursos de todo tipo imprescindibles para la vida, son bloqueados muchas veces en medio del océano con el impedimento real de adquirir medicinas, leche, pollo y otros productos para diversos destinos. Así, entonces, para hacerle creer al pueblo la incapacidad de la dirección del país.

Sucede que los enemigos de la Revolución no conocen a los hijos de este noble pueblo. Por eso nuevamente quedaron desmentidos ante el mundo, cuando este viernes 5 de mayo, la inmensa mayoría de los trabajadores y sus familias, celebramos con alegría, en actos y desfiles, el Primero de Mayo, como reafirmación de pertenencia leal a la historia y a nuestra grandiosa obra.

Reafirmando así las palabras finales del histórico encuentro cuando el presidente cubano invitó a todos a participar de la celebración y dijo: “Sean testigos de cómo festejamos el Día Internacional de los Trabajadores con el firme principio de la fe inquebrantable en la victoria”.

Sin duda, la multiplicidad de voces levantadas en el significativo Encuentro Internacional, una vez más patentizó el vigoroso sentimiento de solidaridad con Cuba, ante la política nefasta del imperio.

(Tomado de la web de Tele Turquino)