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Donde los sueños no se marchitan

02 October 2025 Escrito por  Teleturquino

Los seres humanos, resultado sublime de la naturaleza, desde que llegan a la vida emprenden un camino al amparo del amor y la conducción de quienes, en mágica unión, cultivaron una semilla para, con responsabilidad, hacerla crecer saludable y vastos valores, en consonancia con la sociedad dada.

Ese principio muchas veces se fractura por diversas situaciones complejas de familia, que exponen a niños, adolescentes y jóvenes a la ausencia de sus padres por diversas razones y como consecuencia, la falta de los debidos cuidados de subsistencia, que incluye su construcción como individuos cabales de preciada conducta.

Al respecto, cada formación económica social responde, con determinadas medidas, pero en Cuba es de vital prioridad, lo que se ejemplifica en acciones como haberse instituido, desde 1984, por el Consejo de Estado, los Hogares sin amparo filial (ahora parental), destinado a la atención integral de tales grupos etarios.

En Santiago de Cuba existen cuatro centros de este tipo: la Casita Infantil, emplazada en el reparto Vista Alegre, con niños de 0 a 6 años, el hogar ubicado en San Mateo en edades de 6 a 18, donde hay 5 hermanos de padres reclusos; 2 de los asistidos estudian en la Enseñanza Primaria, 1 en Secundaria y 2 en Pre. En el sitio conocido como Punta Plancha, en el poblado de Boniato radica otro hogar con adolescentes y, de reciente creación, el “Renato Guitart” de diferentes tiempos.

 

El objetivo es tácito: darle refugio y protección a niños, adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad ante la ausencia de sus padres por estar reclusos, siquiátricos, alcohólicos u otros problemas, que impiden el normal desarrollo del menor.

Actualmente, también se trazan estrategias con objetivos diferenciados, a partir de las políticas sociales del Estado cubano, donde se inserta Educación y otros organismos, para el tratamiento a menores, víctimas de la atención errada de padres, quienes involucran o permiten a sus hijos ventas de productos, se ausentan de la escuela o desertan.

Tal y como se conoce, hasta el noveno grado, la educación es obligatoria y, por consiguiente, en el sistema referido a los Hogares se garantiza la formación y continuidad de estudio desde el segundo año de vida hasta la Enseñanza Superior. También es asumido la terminación de las carreras técnicas y el nivel Preuniversitario; todo lo cual forma parte del Proyecto de atención a niños, adolescentes y jóvenes en las condiciones referidas y en cumplimiento de la política del Código de la Niñez, la adolescencia y las juventudes (hasta los 30 años).

El acontecer en los hogares es a semejanza de la casa; se prioriza la alimentación, el avituallamiento necesario, consultas médicas, actividades de esparcimiento y en horario de la noche se les brinda ayuda en la realización de las tareas escolares con un personal que aporta amor y principios. Al llegar a los 18 años, término de su estancia, el Estado cubano les entrega una vivienda, provista de equipos y demás objetos imprescindibles, y trabajo, según el caso.

Se trata de todo un conjunto de acciones con el respaldo de sicólogos, autoridades jurídicas, especialistas de la Oficina de Atención a menores, salud mental y otros; todos los cuales participan en el cuidado y formación integral para la inserción en la sociedad, donde la felicidad propia de ese universo poblacional es propósito permanente. Y es que el carácter profundamente humano de la política social de la Revolución permite que en los Hogares de niños, adolescentes y jóvenes sin amparo parental, los sueños no se marchiten.

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