Especiales
Hace treinta y cuatro años, se inauguraba en esta tierra indómita la Plaza de la Revolución Mayor General Antonio Maceo Grajales. Aquel 14 de octubre de 1991 en la clausura del IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, en uno de los momentos más críticos para el país, justo después del derrumbe del campo socialista y el inicio del llamado Periodo Especial, nacía la Plaza de la Revolución.
“Yo crecí aislada a este mundo”, expresó Claudia Beatriz Moreira Olivares, una joven de 18 años cuya vida cambió cuando descubrió que su voz estaba destinada a los micrófonos.
Hablar del Guerrillero Heroico, Ernesto Guevara de la Serna o sencillamente del Che, trasciende lo temporal, lo generacional e incluso rompe con el marco tendencioso del contexto histórico que muchas veces nos limita la percepción, sobre la trascendencia de un hombre como él.
Este 8 de octubre, se rememorarán los 58 años del asesinato del Che en Bolivia, quien desde 1955 que conoció a Fidel y a Raúl, sostuvieron una amistad sincera; se unió al grupo de expedicionarios, como médico y luego pasó a ser miembro de la guerrilla, en la Sierra Maestra.
Bajo la luz tenue de su oficina en la Sucursal 8282 de Enramada y Corona -ubicada en el municipio cabecera-, Mabel Plochet García revisa unos documentos por última vez en el día. A sus 61 años, esta mujer menuda pero de carácter firme guarda en su memoria las cifras, los balances y la historia de un sistema que cumple 65 años y a la que ha dedicado más de cuatro décadas de servicio.
Con la templanza que dan 60 años de vida y la sabiduría acumulada en cuatro décadas tras un escritorio bancario, Juana Luisa La O La Rosa describe el devenir de su carrera no como una simple sucesión de años, sino como un amoroso y leal matrimonio con su profesión.
Los seres humanos, resultado sublime de la naturaleza, desde que llegan a la vida emprenden un camino al amparo del amor y la conducción de quienes, en mágica unión, cultivaron una semilla para, con responsabilidad, hacerla crecer saludable y vastos valores, en consonancia con la sociedad dada.
El 26 de septiembre de 1960, por vez primera, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, pronunció un vibrante discurso que quedaría para la historia en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Llegó con su uniforme de guerrillero, para librar allí una de sus importantes batallas por la defensa y soberanía de Cuba, así como la paz mundial.
En lo alto del altar del Santuario del Cobre, en Santiago de Cuba, la Virgen de la Caridad irradia desde hace más de cuatro siglos una luz que trasciende la religión y se convierte en esencia de identidad para los cubanos.
Si le digo que la política exterior del gobierno de los Estados Unidos de América está repercutiendo en la estabilidad interna del país, pudiera no estar de acuerdo y es legítimo su derecho a diferir, sin embargo, los hechos históricos y recientes pueden conducir el análisis a ese propio derrotero.