Pascasio Alonso Fajardo, cantaba boleros, son, canciones de sonido criollo relacionadas con personajes y circunstancias de su ciudad natal. Director de orquesta y de varias agrupaciones musicales; Trabajó estrechamente con Faustino Oramas, Ibrahim Ferrer, Carlos Querol y Enrique Bonnet.
Pancho Alonso comenzó su carrera artística de manera precoz, participando en una compañía de teatro infantil que presentaba en el antiguo Teatro Coliseo de Santiago.
A mediados de la década de los años cuarenta matriculó la carrera de magisterio en la Escuela Normal de Maestros, pero su gran vocación era la música. Al graduarse como maestro empezó a alternar las funciones de profesor y cantante. Pero después tuvo que decidirse sólo por el canto.
Con 18 años fue presentado por José Antonio Méndez en la conocida Emisora Mil Diez de La Habana y en 1951 fue contratado como vocalista para la orquesta de Mariano Mercerón, -en la que cantaban Fernando Álvarez, Benny Moré, y el trío Los tres mosqueteros- participando en sus primeras grabaciones.
Años más tarde Pacho y sus Modernistas se trasladan a La Habana, pasando a llamarse Pacho Alonso y sus Bocucos, un tiempo después, crea Pacho Alonso y sus Pachucos. En la década de 1950 lanza su primer disco Cha-Cha-Cha de La Reina, acompañado de la orquesta de Mercerón y con música compuesta por Enrique Bonnet.
A finales de 1958 alcanzó reconocimiento con las canciones “Enfermo del alma” y “Dame un chance”, compuestas por Electo Rosell Chepín, y en 1960, logra un disco de oro por La Pachanga.
Fue entonces que realizó presentaciones por América, Europa y África. A finales de la década de 1970 su hijo Pachito, pianista y arreglista musical comenzó en la orquesta quedando como director luego del fallecimiento, en la plenitud de sus facultades, el 27 de agosto de 1982.
Pacho Alonso fue una gran figura de la música popular cubana, vocalista con una extraordinaria afinación, fraseo y métrica perfecta y alcanzaba, además una comunicación íntima y concentrada con sus oyentes especialmente con los boleros. Al igual lo conseguía en los géneros movidos.
Pascasio solía cantar lo que se pudiera calificar como estampas musicales costumbristas que relataban momentos y personajes de su tierra natal, Santiago de Cuba, creando su propio estilo.
En 1962 realizó un recorrido por varios países de Europa. Dos años después Enrique Bonnet le propuso la idea de crear el ritmo Pilón que se nutriría básicamente de los elementos rítmicos, melódicos y tímbricos extraídos del órgano oriental y…, en su la voz se hicieron muy populares diversas creaciones musicales relacionadas con el ritmo Pilón.
Pacho Alonso, genuino exponente de la música popular en Santiago, con tal reconocimiento del público bailador, obtuvo sus primeros triunfos en los escenarios de los centros nocturnos como el Copa Club y San Pedro del Mar.
La ciudad de La Habana, con sus emisoras de radio y televisión, empresas discográficas, cabarets, nights clubs y teatros, era la plaza más importante y ambicionada por los artistas del resto de la Isla. Después de algunas gestiones infructuosas con gerencia de importantes compañías de grabaciones en un estudio de grabaciones alquilado grabó el son montuno “Dame un chance”, de Chepín y por la otra cara el bolero de Otilio Portal, “Enferma del alma”.
A los pocos meses, la voz de Pacho era escuchada en toda la Isla, logrando con ello su primer gran éxito en el mercado discográfico y el inicio de una carrera como cantante que se calificaría de vertiginosa y en constante ascenso. Popularizó títulos como “Yo no quiero piedra en mi camino”, de Bonnet, “Tú no sospechas”, de Martha Valdés, “Tú sabes mucho”, de Pedro Vera, además de otros números entre los que están: “Se tambalea”, “Que me digan feo”, y “A cualquiera se le muere un tío” entro otros. Los nombres de Pacho Alonso y Enrique Bonnet clasificarán como un hecho artístico producto de una simbiosis de originalidad y homogeneidad musical.
Con su hijo grabó varios larga duración, y dos exclusivos, con los que Pacho regresó al bolero y a la canción con una ganada popularidad.
Un año antes de su fallecimiento, repentinamente, el 27 de agosto de 1982, le habían otorgado la Medalla por la Cultura Nacional, en reconocimiento a sus grandes aportes a la música popular cubana.
Hoy se cumple 43 años de su partida física, pero su legado se mantiene vivo en cada número musical que dejó para los bailadores y los enamorados los que no han pasado de moda muchos. Ritmos que perduran en el tiempo. (Pasajes de la vida de Pacho Alonso tomados de diferentes publicaciones)