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El camino hacia la normalidad tras el huracán

11 December 2025 Escrito por  David Alejandro Medina Cabrales
Escuela Primaria Ricardo Vega, del Consejo Popular Guaninao

Un mes después del paso del huracán Melissa por el oriente cubano, el sector educacional del municipio de Contramaestre libra una batalla contra el tiempo y la escasez para rescatar la normalidad de sus aulas. De las 135 instituciones que forman la red escolar municipal, 107 reportaron afectaciones. Doce funcionan hoy reubicadas en casas de familias y docentes, mientras otras mantienen actividades con horarios escalonados y alternativas comunitarias.

Maricel Hechavarría Gé, directora general de Educación en el municipio, explicó el estado de los trabajos: “Tenemos hasta el momento nueve instituciones educativas reparadas y trabajamos en catorce”. El panorama que describe es el de un esfuerzo colectivo, donde la voluntad de la comunidad intenta suplir la falta de recursos. “Todos los docentes, en conjunto con la familia, se dedicaron a recuperar locales”, afirmó Hechavarría Gé, destacando la movilización popular para el arreglo de las escuelas.

El proceso docente se reinició, contra todo pronóstico, el 11 de noviembre según lo previsto. No obstante, la asistencia y el rendimiento se enfrentan a un doble desafío: las secuelas materiales y emocionales del meteoro, y un brote de arbovirosis que afecta a educandos y docentes por igual.

“Se desarrollan puestos de dirección diario para ir evaluando las afectaciones de docentes y de alumnos que repercuten en la asistencia”, explicó la directora. Para los estudiantes más vulnerables, aquellos que “perdieron sus recursos” por el huracán, se han gestionado donaciones de zapatos, ropa y otros enseres, distribuidos a través de los trabajadores sociales.

La ayuda material ha comenzado a llegar. El sector recibió un primer donativo de 500 tejas, un insumo clave que permitió atender las escuelas más urgentes. “Las primeras que ya terminamos son la Ricardo Vega, del Consejo Popular de Guaninao”, señaló Hechavarría Gé.

La lista de centros con daños graves es extensa. El esfuerzo actual se concentra en la escuela Gilberto Riquenes, también del Consejo Popular Guaninao, la cual sufrió un derrumbe total. Su reapertura está prevista para el 22 de diciembre, posible gracias a una donación de 16 bolsas de cemento por parte de una MIPYME local. Otros centros de la misma demarcación, como el Raúl Díaz Argüello, figuran también entre los más afectados.

Otras donaciones han incluido leche para los círculos infantiles, carbón para tres escuelas que no pueden cocinar con leña porque “afectan a la comunidad”, y galletas para círculos infantiles, seminternados y escuelas especiales.

La atención a los más pequeños también resintió el embate. Cuatro círculos infantiles reportaron daños. “Se afectó la parte de las mantas y todo lo que es la marquetería, es decir, los ventanales, las puertas”, detalló la directora. Aunque los ventanales y puertas ya están asegurados, la reposición de las mantas en estos centros sigue pendiente.

Mientras la comunidad se enfoca en la reconstrucción física, la arbovirosis se ha convertido en un adversario adicional que debilita la recuperación. “Está atacando también a nuestros educandos y a nuestros docentes”, afirmó Hechavarría Gé, quien aseguró que se les está brindando el tratamiento médico requerido.

En muchas escuelas, el “horario escalonado” y el “trabajo en las comunidades” son ahora la norma. El sistema de evaluación y los concursos estudiantiles se desarrollan “como corresponde”, según la directora, en un intento por mantener la rutina académica y un sentido de continuidad para los estudiantes.

El camino por delante sigue siendo largo. La directora lo reconoció: “El proceso ha sido lento porque… se han recibido donaciones pero todavía son muchas las escuelas afectadas”.

En medio de los escombros que aún se levantan y de las aulas que esperan su techo, late con fuerza el pulso de Contramaestre. Aquí, la normalidad no es un regreso al pasado, sino la frágil y poderosa victoria de quienes, día a día, eligen reconstruir el futuro desde las ruinas, sabiendo que el verdadero cimiento de la Patria no está en las paredes, sino en la voluntad de enseñar y aprender, contra viento y marea.

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