En Cuba, esta fecha adquiere especial relevancia por los avances en neurociencias y las estrategias nacionales para enfrentar los desafíos de las enfermedades neurológicas, que representan el 13% de las causas globales de enfermedad .
Nuestro país ha consolidado un Programa Nacional de Neurociencias y Neurotecnologías, aprobado en 2020, que integra a instituciones como Biocubafarma, el Ministerio de Salud Pública y centros de investigación para desarrollar tecnologías de punta, desde neuromonitores hasta terapias para enfermedades neurodegenerativas . Productos como el NeuroEPO -empleado en el tratamiento del Alzheimer- y colaboraciones internacionales, como el Proyecto Cerebro Cuba-China-Canadá, reflejan el compromiso con la innovación.
El Dr. Mitchell Valdés Sosa, director del Centro de Neurociencias de Cuba, destacó en un encuentro con el Presidente Díaz-Canel que estas disciplinas son “motor para el desarrollo de la industria 4.0 y la inteligencia artificial” en el país .
Las enfermedades neurológicas, como migrañas, accidentes cerebrovasculares (ACV) y demencias, son “silenciosas” pero discapacitantes. En la Mayor de las Antillas, donde el envejecimiento poblacional es un factor crítico, especialistas insisten en la prevención: dieta, ejercicio físico, control del estrés y actividades cognitivas como crucigramas o ajedrez.
Bajo el lema “Salud cerebral para todas las edades”, la WFN promueve este año cinco ejes: concientización, educación, prevención, acceso a tratamientos y defensa de derechos.
En este Día Mundial del Cerebro, Cuba reafirma su compromiso con la salud neurológica, uniendo ciencia, innovación y prevención para garantizar bienestar en todas las etapas de la vida. Desde los laboratorios hasta las comunidades, cada esfuerzo suma en la construcción de un futuro donde la mente humana -esa prodigiosa red de sueños, razones y emociones- sea protegida y celebrada. Porque cuidar nuestro cerebro es más que una prioridad médica, es una prueba de amor hacia la esencia misma de lo que nos hace humanos.