Adicionalmente a otras cuestiones, regula la gestión de los sistemas boscosos, prioriza la lucha contra la desertificación y la degradación de las tierras, todo con el propósito de frenar la pérdida de la diversidad biológica.
Según entendidos, una de sus mayores fortalezas estriba en el enfoque ecosistémico de la norma, pues impulsa mejores procederes para el manejo integrado de la tierra, el agua y los recursos vivos, promoviendo su conservación y uso sostenible de forma justa y equitativa.
Un ejemplo sobresaliente en relación a los proyectos acometidos en Cuba es Mi Costa, programa gracias al cual se busca priorizar la rehabilitación de humedales costeros como bosques pantanosos y pastizales, manglares y los flujos hidrológicos que los interconectan con pastos marinos y arrecifes de coral.
La iniciativa persigue el fortalecimiento de la resiliencia de los litorales al cambio climático a lo largo de mil 300 kilómetros de la geografía insular en pos, también, de favorecer la recarga natural de los acuíferos subterráneos y disminuir la intrusión salina.
Además, otras acciones de restauración de la barrera coralina como parte del Proyecto de Colaboración Internacional Ecovalor, beneficiaron muchos de estos ecosistemas de la geografía insular.
En la occidental Matanzas, por ejemplo, se ejecutó el montaje de viveros de corales de las especies cuerno de alce y cuerno de ciervo mediante varias técnicas, al tiempo que se mantiene un chequeo constante para evitar el crecimiento de algas en ellos, indicó oportunamente Luis Muiño, al frente del colectivo rehabilitador.
También, el trabajo realizado por Sistema Nacional de Áreas Protegidas, que hasta la fecha suman más de cien, deviene en una tarea fundamental en la preservación de la diversidad biológica en la isla.
Para la celebración de este año, Cuba asumió el lema lanzado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente que es Una sola Tierra, divulgaron funcionarios del Citma.
Una de las motivaciones de la jornada, abundaron, es el trigésimo aniversario de las palabras del Comandante en jefe, Fidel Castro, en la Cumbre de la Tierra en 1992, donde vaticinó la situación sufrida actualmente en todo el orbe con las crisis en el ámbito sanitario, y aquellas generadas por la contaminación y el cambio climático.