El nombre es un homenaje a la población llamada Santísima Trinidad situada en la costa sur de Cuba y que fue levantada durante el siglo XVI, además de ser declarada Patrimonio de La Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Por su parte, los orígenes de Trinidad como marca de habanos se sitúan en 1969, cuando al igual que Cohiba, y por muchos años, fue únicamente utilizada como regalo de Estado para altos dignatarios extranjeros.
En 1998 fue cuando esta apareció a disposición de los fumadores de todo el mundo, aunque en cantidades muy limitadas.
Cuentan los organizadores del Festival que en sus inicios la marca contó con una sola vitola, Fundadores, pero en 2003 se amplió con el lanzamiento de Reyes, Coloniales y Robustos Extra.
Además, se introdujo una nueva imagen, más moderna y coincidente con la extraordinaria calidad de sus habanos.
Los Habanos de Trinidad se elaboraron durante un largo tiempo en El Laguito, la histórica fábrica de Cohiba, por ello cuenta con una ligada con hojas, tripa y capote seleccionados de la zona de Vuelta Abajo, que los hacen únicos y muy exclusivos.
Hoy en día los Habanos de esta marca se producen en la más occidental ciudad cubana de Pinar del Río, la más importante de la zona tabacalera de Vuelta Abajo.
En 2009 se introdujo el Trinidad Robustos T para completar la gama de la marca. Tres nuevos lanzamientos de la marca se incorporaron al portafolio regular de Habanos en 2019.
De las tres vitolas, dos de ellas son inéditas. Se trata de Esmeralda y Media Luna, mientras que Topes ya estaba como Edición Limitada en 2016 y con muy buena acogida.
Por tanto es una novedad productiva en cuanto al tabaco cubano, que lidera el cierre de esta fiesta del humo, tal y como lo relatan sus organizadores.