En la tarde noche de este sábado, el siempre amable, entusiasta y muy comunicativo maestro alemán-santiaguero Michael Elvermann, director de la Oso condujo, desde todos los puntos de vista, la velada a la que correspondió un público a todas luces conocedor de la música sinfónica, dentro del que se contaron no pocos visitantes extranjeros de varios países, de paso por esta urbe declarada por la Unesco en noviembre de 2021, como Ciudad Creativa en la Música.
Elvermann, con su proverbial dote de comunicador, fue describiendo cada segmento del concierto y no perdió ni una sola oportunidad de ponderar a las dos formaciones que tuvo delante de su batuta. Y luego de la velada, cuando el recinto fue quedando vacío y el silencio invadió la sala, Michael habló con Sierra Maestra:
“Hoy tuvimos el placer de presentar, en esta bella Sala Dolores, un concierto con dos elencos: la habitual Orquesta Sinfónica de Oriente y la de Cámara de cuerdas del “Esteban Salas”; interpretamos obras de Schubert, de José White con arreglos de Roberto Valera; de José Loyola, y de Wolfgang Amadeus Mozart.
“Hemos sentido un público muy entregado, muy concentrado en lo que hacíamos en el escenario; yo he sentido en mi espalda un cariño muy cálido… una atención muy cálida para con nosotros y esto es algo muy agradable para un músico que esté parado frente a 50 o 60 músicos y tiene la tarea de dirigir.
“Como casi todo el tiempo estoy de espalda al público, no tengo el contacto visual y así y todo el contacto sensual fue maravilloso”.
En la “Dolores”, los asistentes a la gala disfrutaron de la actuación de las muchachas y los muchachos del “Esteban Salas” que iniciaron con un movimiento de un divertimento de Mozart.
Wolfgang Amadeus escribió tres divertimentos seguidos: 136, 137 y 138 y entre Elvermann y la Orquesta de Cámara escogieron el primero en Si bemol Mayor, y el segundo que es un movimiento rápido, para abrir la presentación del grupo.
Es opinión del Director de la Oso “que los muchachos los interpretaron con su habitual alegría… de jóvenes”.
Y si la obra de Mozart enalteció el desempeño de los alumnos del “Esteban Salas”, el clímax lo alcanzaron cuando interpretaron La bella cubana”, de José White, en versión del maestro Roberto Valera, una obra “que se ve que ellos aman -aseguró Michael-, se nota a la hora de tocar, que lo hacen con mucha intensidad y cariño al mismo tiempo”.
La prestigiosa Orquesta Sinfónica de Oriente, indiscutiblemente en un momento estelar de su trayectoria como agrupación insigne de la música clásica en Santiago de Cuba fue la responsable del número inicial de la tarde-noche: la sinfonía inconclusa de Franz Schubert y cerró el programa con “Loja variaciones”, de José Loyola.
Loja con sus más de 200 000 habitantes es la novena ciudad en importancia en Ecuador; se encuentra al sur del país y se le conoce, además como Inmaculada Concepción de Loja, cabecera del Cantón Loja y capital de la provincia de Loja.
Pero lo que sin lugar a duda sirvió como inspiración a Loyola para su variación con el nombre de esta urbe sudamericana, es que Loja es considerada la Capital cultural de Ecuador, especialmente por su escena musical.
Según explicó Elvermann, Loyola suele hacer variaciones de temas que él compone y dedica a sitios, por ejemplo “Varsovia variaciones”
La Orquesta Sinfónica de Oriente transita, como afirmamos arriba, por un buen momento pues en su integración hay una mezcla de experiencia y juventud de probada calidad, además de la estabilidad que significa Elvermann en la dirección.
Hoy con más de 60 años de creada, la Oso es una de las instituciones musicales más antiguas de Santiago de Cuba, territorio cuna de excelentes instrumentistas y directores de orquesta; en relación con el pentagrama sinfónico este ya mostraba su desarrollo en el territorio santiaguero, por ejemplo con la Orquesta Filarmónica dirigida por Antonio Serret Danger desde finales de los años 30 del pasado siglo.
La situación de guerra en el país durante la lucha de liberación encabezada por el Comandante en Jefe Fidel Castro desde las montañas orientales dio al traste con el funcionamiento de casi todas las orquestas sinfónicas en el archipiélago, y cuando triunfa la Revolución, en Santiago de Cuba prácticamente ya no hay Orquesta Filarmónica.
El Gobierno Revolucionario impulsa un nuevo movimiento sinfónico y en casi todas las provincias se organizan este tipo de orquestas y así en julio de 1962 hace su primera presentación la que sería la Orquesta Sinfónica de Oriente (referencia a la provincia en ese momento), en el teatro Mariana Grajales, del antiguo Cuartel Moncada (después sede de Tele Rebelde y luego Tele Turquino), con el maestro Vicente Bartutis como director fundador.
Transcurridas más de seis décadas, la Oso ha conservado su nombre a pesar de que la provincia Oriente se multiplicó en otras cinco: Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Holguín y Las Tunas.
La agrupación en cuestión, tiene un repertorio con los estilos barroco, clásico y romántico; también, obras contemporáneas, con énfasis en las de autores cubanos y de otras naciones del continente americano; entre esos destacados compositores están Harold Gramatges, Leo Brouwer, Guido López Gavilán, Alejandro Julián Pérez Torres, de México; Carlos Ovidio Morales, de Puerto Rico; Daniel Guzmán, Lee Joseph Bracegirdle, Conrado Monier… por solo citar algunos.
La Oso ha sido dirigida también por luminarias de la batuta, entre estas: Gonzalo Romeu, Miguel García, Enrique Castro, Manuel Duchessne Cuzán, Santiago Fals, Miguel del Castillo, Anarelys Garriga, Mónica Alvarado, el propio Guzmán, Cosette Justo Valdés, Yasvesti González… y ahora Elvermann. Y han sido invitados Daiana García, Cosette, el maestro Electo Silva, Enrique Pardo, Julio González, Enrique Pérez Mesa…
Frente a la Orquesta han actuado directores de Venezuela, Haití, Ecuador, Alemania, Argentina, Australia, Rusia, Argelia, España, México, Estados Unidos, Chile, Italia, Suecia, Suiza, Japón, Honduras… y una lista enorme de solistas: instrumentistas y vocalistas, ha sido respaldada por la agrupación santiaguera.
Con este currículo, que es al mismo tiempo su mejor aval y que cualquier grupo musical envidiaría, la Oso quiere cerrar 2023 ubicada en lo más alto de la cota que la propia Orquesta Sinfónica de Oriente se ha trazado.
