Esta fecha defiende, además, la premisa de que el deporte es un derecho del pueblo, y a todo lo largo y ancho de la Isla se realizan actividades recreativas y deportivas.
Escurridizos entre los amantes del músculo y la actividad física anduvieron por mucho tiempo los sueños de contar con un sistema deportivo como el que disfrutamos hoy, obra auténtica del proceso revolucionario iniciado el 1 de enero del 1959 y en cual la principal arma o estandarte ha sido el ser humano como portador de valores.
De igual forma, la fecha escogida para esta celebración coincide con el natalicio del mejor ajedrecista cubano de todos los tiempos, José Raúl Capablanca.
El Líder de la Revolución decía entonces: “… el país necesita de la educación física y necesita del deporte. La Revolución no podía desentenderse de esa preocupación. Si la Revolución se desentendiera de esa preocupación, estaría descuidando un punto fundamental, que hará posible, en el futuro, una ciudadanía más saludable y mejor, como aspiramos a tener”.
Y 61 años después de aquellas palabras, celebramos la felicidad de haber combinado de manera acertada el deporte en dos aristas fundamentales esbozadas por Fidel aquella histórica tarde: como prevención de salud y como transformador del pensamiento, pues nuestros deportistas son hoy licenciados, másteres y hasta Doctores en Ciencias.
La obra de la Revolución en el deporte encuentra cada 19 de noviembre más capacidad de soñar. Ejemplos sobran. El ajedrez en las montañas y como patrón directo para ensanchar el conocimiento en todos sus practicantes se ha levantado en niños y jóvenes para siempre.
Las instalaciones construidas en barrios pobres, el batey más olvidado o la comunidad más apartada dejaron de ser utopías hace ya unos cuantos años. Y así puede encontrar un gimnasio saludable lo mismo en la punta de Maisí que un campeón olímpico nacido en Baracoa.
Las clases de Educación Física en todos los niveles de enseñanza dejaron de ser privilegio de alguna burguesía élite antes del 1959 para convertirse en cotidianidad de muchos y principal cantera de donde han salido los más de 350 títulos mundiales que exhibe nuestro movimiento deportivo.
El talento profesional de quienes sostienen en Cuba el deporte y la Cultura Física se multiplica en función del desarrollo colectivo y se comparte solidariamente con otros pueblos hermanos. Venezuela, Nicaragua, México y otras naciones de América deben parte de sus resultados internacionales a los técnicos cubanos, al igual que muchos países africanos y asiáticos.
El Día de la Cultura Física y el Deporte en Cuba parecerá siempre pequeño para tanta obra inteligente.