Desde hace varios meses, los peloteritos de 11 y 12 años se ponen en forma con vistas al evento clasificatorio provincial, en el cual intervendrán planteles de los nueve municipios, divididos en tres grupos. Superar esta etapa es la primera tarea para incluirse en la disputa nacional, explicó su director técnico, Miguel Peralta.

Miguel Peralta dirige el equipo de Santiago de Cuba/Irma Rivera Sánchez

En la preselección sobresalieron seis jugadores que participaron en el pasado certamen. “Esto sirve de aval competitivo, por tanto, las proyecciones son ambiciosas: queremos llegar a la final y estamos trabajando la parte psicológica y técnico-táctica.

“Buscamos incrementar los topes con equipos de otras provincias y los demás municipios de Santiago de Cuba con los que tenemos rivalidad, como es el caso de San Luis”, adelantó el también metodólogo de este deporte en la Ciudad Héroe.

Precisamente, los sanluiseros fueron sus víctimas en la edición anterior, luego Santiago cayó ante el conjunto de Bayamo y quedó a las puertas de la semifinal. En la última fase el pitcheo fue su talón de Aquiles, por eso han concentrado sus mayores esfuerzos en este renglón.

“Los lanzadores han aumentado la velocidad, tres de ellos tienen las 70 millas, incluso llegan hasta las 75, eso es destacado para su edad”, Peralta añadió que, tras reducir el grupo de 26, se perfeccionan las estrategias con el roster definitivo, compuesto por 19 atletas.

“Empezamos a entrenar a la preselección en el mes de junio, venciendo los objetivos pedagógicos; la etapa general estuvo diseñada para elevar la capacidad de los atletas y los indicadores de fuerza, durante 11 semanas.

“Ahora estamos concentrados en la parte técnica, porque en esas edades siempre aparecen errores, los niños todavía no tienen hábitos totalmente desarrollados. Es bueno que haya algunos que conozcan el certamen, porque ya tienen inculcado el ABC del Béisbol”, dijo.

Por primera vez, una especialista en psicología se sumó a su atención, muy importante para complementar la labor de los entrenadores y el preparador físico. Mientras los adultos se desvelan por encauzar la temporada, los muchachos derrochan energía en el “Pepín Carrillo”, ansiosos por demostrar sus aptitudes en la competencia.

Heriberto Mengana, uno de los serpentineros con potencial, comentó a Sierra Maestra que se siente más confiado rumbo al nuevo campeonato; sus sueños son ganar el título con los “rojinegros” y más adelante, representar a Cuba a nivel internacional.

Como él, Kevin La Rosa asume la responsabilidad de ayudar al equipo y echárselo al hombro. “Mi brazo está bien, gracias a los profesores y la carga de entrenamiento, todos vamos a dar lo mejor en el terreno”, expresó el jovencito.

Constituir una buena escuadra y ofrecer espectáculo a la afición que sigue a las Pequeñas Ligas es el motor que impulsa a los jugadores y entrenadores santiagueros, sin olvidar que cada paso que den es significativo en la formación deportiva de la tropa. Razones hay para soñar en grande.