Durante la ceremonia, Zhu Jianhua, director de la Editorial de la Fiscalía Suprema Popular, a cargo de la publicación de la Carta Magna, describió este hecho como una poderosa prueba de la amistad especial entre ambas naciones, informó la agencia Prensa Latina.
Resaltó que contribuyeron con su sabiduría a la exactitud de la traducción sucesivos embajadores y varios diplomáticos de la Embajada de Cuba, así como amigos del ámbito legislativo y judicial de la isla.
Zhu destacó los aportes de Zhang Tuo, exembajador del gigante asiático en La Habana y vicepresidente de la Asociación de Amistad China-América Latina, quien revisó la traducción y presentó cerca de 100 sugerencias.
La Constitución cubana no solo aúna la voluntad común y los intereses fundamentales del pueblo, sino que también sirve como un importante documento que encarna el espíritu socialista del Estado de Derecho y el concepto de gobernanza nacional, opinó.
Afirmó en este sentido que el estudio y la difusión del derecho, como encarnación directa de la voluntad nacional y el orden social, desempeñan un papel insustituible en la mejora de la comprensión mutua.
Por su parte, Alberto Blanco, embajador cubano en Beijing, subrayó que su país y China cooperan en todas las esferas, incluido en el plano del derecho, constitucional y parlamentario; al tiempo que coinciden en objetivos comunes: garantizar la irreversibilidad del socialismo; el liderazgo de nuestros partidos comunistas; el desarrollo sostenible y el bienestar de ambos pueblos.
Pan Deng, profesor de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho de China y uno de los principales artífices del proyecto, al que se dedicó durante cinco años, expresó su deseo de que los académicos y otros expertos puedan entender mejor a la isla a partir de la presente traducción.