Comenzó así una operación para el regreso seguro y voluntario de más de 250 connacionales que se hallaban en esa vecina nación, cuando se agravó la crisis política.

Tras el trayecto de cinco horas desde la capital haitiana, Puerto Príncipe, hasta Cabo Haitiano, complicado por tener que atravesar varias zonas con presencia de bandas en conflicto, abordaron el vuelo de la aerolínea Sunrise, que los trajo a tierra martiana.

Ese mismo proceso, que incluye llevarlos hasta sus provincias de residencia, se repetirá hasta completar el traslado de la totalidad del grupo, que comprende personas de varios sitios de Cuba, fundamentalmente procedentes de La Habana, Santiago de Cuba y Camagüey.

La operación –coordinada por el Gobierno cubano, varios de sus ministerios y su personal diplomático, con el apoyo de la Asociación de Cubanos Residentes en Haití– muestra el principio invariable de Cuba, de no dejar a nadie abandonado, por difíciles que sean las circunstancias.

En Camagüey hubo muestras de agradecimiento. La matancera Yailín Navarro Rodríguez, llevaba 54 días en Haití, y dijo estar feliz por su regreso. «Fueron momentos tensos y de mucha incertidumbre, pero siempre estuvimos acompañados por cubanos residentes allá, y por el personal de nuestra Embajada. El trayecto estuvo muy organizado y no hubo incidentes. Valió la pena la espera».

Hoy y mañana continuará el regreso a la Isla del resto de los cubanos, quienes a su llegada reciben el tratamiento médico especializado y una dosis profiláctica para evitar la entrada de enfermedades al territorio nacional.