Los legisladores conversarán a través de la plataforma Zoom este martes para tratar de ver si pueden acordar “un marco básico sobre cómo avanzar”, manifestó el senador republciano John Cornyn, de Texas, en declaraciones a la prensa.

El presidente Joe Biden, -quien solicitó al Congreso actuar para detener hechos como el ocurrido la semana pasada cuando un joven mató a 19 niños y dos adultos en una escuela de Texas-, elogió el diálogo bipartidista.

Por su parte, el senador demócrata Chris Murphy aclaró que hasta finales de esta semana no se sabrá si esas conversaciones van en serio.

Hasta el momento todas las propuestas para controlar a nivel federal el porte de armas de fuego han fracasado en la Cámara Alta, donde languidecen medidas como por ejemplo la ley de verificación de antecedentes penales para quienes deseen comprar un arma.

Congresistas, principalmente republicanos, se niegan a limitar el acceso a los armamentos en un país donde diariamente más de un centenar de personas es víctima de disparos, pero la poderosa Asociación Nacional del Rifle presiona a los legisladores para rechazar cualquier cambio.

Mientras se mantiene el desacuerdo en el Capitolio sobre cualquier proyecto al respecto, es la población, en especial las minorías negra y latina, la que ponen las cuotas de muertos y afectados por el flagelo, evidencian estadísticas oficiales y hechos concretos.

Para la población estadounidense, mayormente a favor del control de las armas de fuego de acuerdo con recientes encuestas, también las órdenes ejecutivas pueden contribuir a frenar la violencia armada, es decir, no solo depende del legislativo, como se justifica Biden.