El joven de 21 años comentó a la Agencia Cubana de Noticias su vínculo con los CDR desde niño, pues su tía era líder en el barrio hasta su fallecimiento, por eso las personas que conocían de su apoyo en todas las tareas decidieron elegirlo como representante.

De su familia aprendió sobre la historia de la mayor organización de masas del país, su estructura, funcionamiento y heredó las dotes comunicativas para llegar a los 70 cederistas, expresó.

Ibarra significó que mantiene su legado con el barrio activo, al organizar con otros activistas celebraciones por el Día de la Mujer, los padres, las madres y cumpleaños colectivos, aunque no siempre tengan todos los recursos.

Enfatizó en la necesidad de mantener la armonía entre los vecinos para que efectúen con motivación tareas como la guardia cederista, recogidas de materias primas, trabajos voluntarios y el pago de la cotización.

Señaló que el principal desafío de los CDR en la actualidad es contribuir a solucionar los problemas de la comunidad, algo realizado de conjunto con el apoyo del resto de los factores de la zona.

Destacó la reparación del alumbrado público, el orden en la entrega de módulos y mejoría en la calidad del pan entre los logros, aunque todavía quedan elementos pendientes como el asfaltado de la calle.

Rafael Ibarra apuesta por romper los formalismos, no caer en la monotonía, rejuvenecer la organización y llegar a cada persona.

Su tiempo lo emplea a punta de lápiz, con mucha planificación para cumplir con sus deberes y tener momentos de diálogos con los pobladores, además de incentivar a otros jóvenes a ocupar nuevos roles dentro de los CDR, lo cual contribuye a fortalecer su papel en la sociedad.