Las ansias libertarias y la Revolución cubana las unió en causa y acciones, en tanto la vida las junto en fecha de natalicio y muerte, respectivamente, justo un 28 de julio.

Hoy se conmemora el 102 aniversario del nacimiento de Melba y el 43 de la desaparición física de Haydée, y en el sitio donde reposan sus restos, en el Retablo del Héroe del cementerio patrimonial de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, flores frescas a nombre del pueblo de Cuba devienen el mejor tributo de recordación a esas dos corajudas.

“Nunca fue puesto en un lugar tan alto de heroísmo y dignidad el nombre de la mujer cubana”, dijo Fidel al hacer alusión a ellas, durante los días del juicio a los asaltantes al Moncada, encumbrándolas en su justa dimensión.

Bastara el protagonismo de Melba y de Haydée en la épica del 26 de julio de 1953 para ganarse un lugar en la historia patria, pero no fue sólo eso lo que las convirtió en ejemplo y paradigma de luchadoras, de cubanas, de revolucionarias.

Después de la mañana de la Santa Ana ambas continuaron, de muy diversos modos haciendo por la libertad de su tierra, por su defensa y desarrollo.

Ahí están como ejemplos de lo dicho la edición, impresión y distribución secretas del alegato de autodefensa del joven abogado Fidel Castro Ruz, La Historia me Absolverá, y las misiones cumplidas después del Primero de enero de 1959 en cuestiones tales como la diplomacia y la unidad de los países de América por intermedio de la cultura.

Melba y Haydée trascendieron su tiempo y por eso están en la memoria de Cuba, palpitan en su día a día, son savia para las nuevas generaciones, son, indiscutiblemente, inspiración para los muchos asaltos de nuevos Moncada.