Cientos de contrarrevolucionarios, entre ellos muchos agentes de la CIA, fueron apresados luego de perpetrar o planear sabotajes que costaron vidas de cubanos.

Desde el gobierno de los Estados Unidos, emanaba el apoyo incondicional, financiero y con armas a los grupos que dentro y fuera del país se preparaban para la agresión militar. Así, antes del desembarco, fue aprobado por la potencia imperial el llamado Libro Blanco, con el objetivo de justificar el zarpazo contra Cuba.

Un importante reclamo era que Cuba rompiera sus lazos de amistad con el movimiento comunista internacional, a lo cual nuestro país respondió
defendiendo su derecho a mantener relaciones diplomáticas, comerciales, culturales y de amistad con todos los países del mundo, incluyendo a los
socialistas.

El referido documento aprobado el 3 de abril, tuvo una amplia repercusión en el mundo y provoca una importante reacción de numerosos gobiernos
en defensa de Cuba. En la ONU, nuestro canciller, Raúl Roa García, lo calificó como “una formulación de la guerra no declarada que está haciendo Estados Unidos contra nosotros”.

Se conoce que un lugar propuesto para la agresión fue Guantánamo, desde la Base Naval, idea desechada considerando el duro golpe propinado por la Revolución a la contrarrevolución en esa y otras zonas orientales.

Fue el 10 de abril cuando en una reunión del gobierno yanqui se adoptó la decisión de efectuar el desembarco mercenario por la Bahía de Cochinos.

Así lo afirma Gabriel Molina en su libro Diario de Girón: “El presidente Kennedy aprobó personalmente el cambio… se pensó que el desembarco en la Bahía de Cochinos no encontraría virtualmente oposición y tendría la
apariencia de un esfuerzo por reabastecer las guerrillas, de una operación más pequeña  y espontánea. En resumen, que tendría un mejor
pretexto… El plan consistía en establecer una cabeza de playa, entonces utilizar la faja de vuelos de la Bahía de Cochinos para atacar las comunicaciones de Castro, asi como otras instalaciones vitales. Un nuevo gobierno cubano seria proclamado en la cabeza de playa por los
miembros del Consejo y aquel seria entonces reconocido por los Estados Unidos”.

La CIA y la contrarrevolución interna intensificaron sus acciones en Cuba. Y, con mayor éxito, nuestros órganos de la seguridad y el pueblo las multiplicaron contra ellos.

Así fueron esos días previos a la invasión mercenaria de Playa Girón, acontecimiento que legó a la historia la primera derrota militar del imperialismo yanqui en América.