Internet ha favorecido el desarrollo de nuevas formas de relaciones interpersonales, haciendo que el acoso tradicional pueda aparecer en una nueva forma: el acoso cibernético.
El también conocido como ciberbullyng es el asedio o intimidación por medio de las tecnologías digitales. Se hace presente mediante amenazas en línea, textos groseros, agresivos o despectivos publicados en internet. Divulgar en el ciberespacio fotografías, videos o cualquier tipo de información de carácter personal, para herir o avergonzar a otra persona también constituye una variante del ciberacoso.
Con mucha frecuencia ser víctima de estas prácticas suele conducir a problemas graves y duraderos. El estrés provocado por vivir en constante situación de alerta puede crear problemas en el estado de ánimo, el sueño y el apetito. Probablemente los más afectados sean los adolescentes, que en el peor de los casos llegan a padecer problemas que pueden prolongarse hasta la edad adulta, como la depresión, ansiedad y cambios en los patrones alimentarios y de sueño. La presión generada por este tipo de acoso puede provocar disminución de los logros académicos, puntajes en exámenes y participación escolar; creando además mayor tendencia a la ausencia a clases o abandonar los estudios.
Solucionar el problema que genera el acoso en redes sociales va más allá de culpar al acosador; evitar que suceda es la primera forma de combatirlo. Tener precaución al compartir información personal en la red es la forma más eficaz de tener una mejor vigilancia de quién o quiénes acceden a tu información, además de que es crucial tener un control adecuado de amigos virtuales y seguidores en internet. Mantenerse informados acerca de las políticas de uso que publica cada plataforma digital es otra forma de evadir la persecución, pues de estas depende la oportunidad de informar a los proveedores del servicio cualquier indicio de amenaza.
Es un grave error no hacer nada para detener semejante situación. Explicárselo a alguien cercano es la primera medida a tomar, pues permitirá recibir ayuda para erradicarla. No caer en la tentación de responder o de contraatacar, además de bloquear al hostigador son formas muy efectivas de alejarse del ciberacoso.
Cada año aumenta el número de personas en el mundo víctimas del acoso en internet. Y la cifra es especialmente alta entre niños y adolescentes. Es hora alejarnos de los tabúes y darnos cuenta que el ciberbullyng sí tiene solución, aunque sea un enemigo silencioso.