Sierra Maestra estuvo presente en la arrancada de la fábrica, la única que molerá en nuestra provincia, y contactó con el director de la Empresa Agroindustrial Azucarera Dos Ríos, el ingeniero Héctor Lorenzo La O Hechavarría, quien auguró sobre el ya planteado sobrecumplimiento de las 19 321 toneladas por producir, en los 96 días planificados, con el concurso de los más de 2 400 trabajadores.

La industria palmera prevé la elaboración de más de 12 mil toneladas de miel y otros derivados de la caña así como la generación de 8 megawats diarios, entre los dos turbogeneradores instalados, e igualmente aportar al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

La O Hechavarría también destacó que la materia prima, procedente de las cuatro empresas azucareras del territorio santiaguero, se transportará fundamentalmente a través del ferrocarril y que desde el mes en curso el salario promedio está en los 8 mil pesos y que continuará elevándose conforme aumente la producción.

La Empresa dedica 150 hectáreas a los cultivos varios, comenzó la crianza de cerdos (20 hembras raciales y cinco de capa oscura, garantizando, además, el alimento) y comercializa alimentos en un punto de venta ubicado en el batey del central a precios por debajo de los referenciales aprobados por el gobierno, insertándose así en la estrategia de seguridad y soberanía alimentaria planteada por el país.

La zafra 2022-2023 será la más pequeña realizada en Cuba desde el triunfo de la Revolución por lo que el máximo aprovechamiento de todas las potencialidades, tanto en el campo como en la industria, se constituye en una premisa fundamental.

Con el acompañamiento y apoyo, desde las etapas de prueba y la misma arrancada, de los compañeros Annia Poblador y Leonardo Huepp, principales autoridades políticas y gubernamentales de Palma Soriano respectivamente; el trabajo coordinado con las empresas agroindustriales azucareras Paquito Rosales (San Luis), Julio Antonio Mella (Mella) y América Libre (Contramaestre), el Central Dos Ríos puede hacer una zafra superior a la anterior y dar un punto de giro a la que constituyó el emblema de la economía nacional a tal punto que un lema muy en boga durante siglos fue el de “sin azúcar no hay país”.