La cifra de más de 92 mil patios produciendo para el consumo familiar y el hecho de que el Programa de la Agricultura Urbana aquí sea de referencia para el país asombró a no pocos y, como es obvio, el cómo eso repercute en los platos de más de un millón de santiagueros.
La Dra. C. Elizabeth Peña Turruellas, miembro del Consejo de Estado y Jefa del Grupo Nacional del Movimiento de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar (AUSUF), fue quien dio la buena nueva a Sierra Maestra, reconociendo la importancia de los aportes realizados a círculos infantiles, seminternados, hospitales, hogares maternos y de ancianos así como a otros centros decisivos en los servicios sociales. Sin embargo, instó a que “el movimiento, y sus 14 subprogramas, sean de impacto en la estrategia de seguridad y soberanía alimentarias y de manera particular en las comunidades santiagueras donde los altos precios y la escasez se han constituido en la regla y no en la excepción”.
Es cierto que hay que rescatar los organopónicos en los barrios, que tantas necesidades suplieron durante los años 90’; pero es innegable que son muchos los hogares en los que hay árboles frutales, viandas y hasta hortalizas y condimentos frescos que, fundamentalmente, son para el consumo familiar y cuyo excedente, puede ser comercializado por la gente.
En el Reparto Sueño, de la capital provincial, tiene su casa el matrimonio de José Ramón Saavedra y Yolanda Mesa, sus experiencias y resultados, en su azotea, son loables; como lo son las de los vecinos que utilizan las áreas cercanas a la antigua estación ferroviaria de San Luis para sembrar tomate o de no pocos que en Segundo Frente se sustentan del fruto de la tierra. También la estrategia de las granjas urbanas de Contramaestre y Palma Soriano y sus ventas a la población son palpables así como los autoconsumos que hay en escuelas y centros laborales.
La Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar(AUSUF), tiene cinco subprogramas agrícolas (hortalizas, frutales, café, plantas medicinales y ornamentales) cinco pecuarios (ovino-caprino, aves, cerdos de capa oscura etc) y otros cuatro, entre los que resalta el de capacitación, que permiten el desarrollo del Programa como un todo, integral y funcional. El Programa tiene representantes en cada consejo popular y cuantifica lo que se hace desde cada contexto, sea hogareño, comunitario, de estructuras agropecuarias o en las fincas privadas.
Fuentes, como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), destacan que alrededor del 80 por ciento de las familias en el mundo cultivan, al menos, plantas ornamentales y, sin saberlo, son parte de la agricultura familiar, lo que indica que al cultivar en un jardín o habilitar canteros en las azoteas es parte también de la AUSUF. Pero, definitivamente, se debe ganar más en divulgación, en capacitar a los productores e incorporar a nuevos.
Tras la indicación del General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el 1987, de generalizar el modo de cultivo de hortalizas sobre bases orgánicas, la Agricultura Urbana ha pasado a ser un Programa rector en las producciones agropecuarias desde los hogares en toda la Isla. Elizabeth Peña, una de sus fundadoras, asegura que “con ese firme propósito continúan produciendo con Santiago a la vanguardia”.