Sierra Maestra pudo acceder a la civil de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Lic. Yanelkis Zamora González, Enfermera de 22 años de experiencia que salvó vidas en el Hospital Militar Clínico Quirúrgico Docente, Dr. Joaquín Castillo Duany.
Esta mujer no pudo impedir las lágrimas en los ojos mientras contaba sus experiencias.
“Fui una de las que estuvo desde el primer momento en la brigada (12 de marzo de 2020), claro que no teníamos todo el conocimiento pero en el trayecto cogimos experiencia para saber qué hacer en cada momento, porque siempre había que enfrentar algo nuevo”
¿Cómo era la dinámica dentro del hospital?
“Entramos y fue trabajando desde que trajeron a la primera paciente, fue una tarea difícil, ardua, de mucha consagración, sacrificio, de ver cosas que nunca habíamos visto; por ejemplo un paciente que estaba hablando con nosotros y a los cinco minutos hacía una complicación y había que correr y llevarlo para terapia, porque los pacientes hacían sus complicaciones bruscamente y eso me impactaba mucho, porque teníamos muchas pérdidas.
“Aquí tuvimos ingresados a familiares de compañeros de trabajo y algunos fallecieron, imagínate perder a un familiar propio que estabas atendiendo y se te iba de entre los dedos sin poder hacer nada, eran momentos muy difíciles que había que resistir y seguir”.
A todos nos tocó de alguna forma.
Lic. Yanelkis Zamora González“En lo personal sufrí una experiencia similar a la de varios colegas pues enfermaron mi abuelo, mi hijo y mi esposo, y no podía hacer nada porque no estaban en este hospital, entonces te ataca un poco de impotencia, pero y eso también lo vencí gracias al apoyo de mis compañeros, de mi jefa de enfermeras, mis compañeras de asistencia que trabajaban en otras áreas y hacían lo que yo no podía.
Había que desdoblarse en varias funciones.
“Yo soy jefa de sala, pero tuve que simultanear, jefatura, organización y asistencia, porque no dábamos abasto, eran muchos pacientes y pocas enfermeras, los horarios de trabajo eran toralmente diferente a lo habitual y sin descanso, había que seguir, agotadas pero con amor y paciencia atendiendo a los pacientes que confiaban muchísimo en nosotras, éramos para ellos como esa esperanza que nunca se pierde”.
¿Una lección para la vida?
“Aprendimos mucho: a ser más hábiles, más rápidas, a enfrentar una enfermedad nueva que complicaba los pacientes de ahora para ahorita, de manera sorprendente y la vida le iba en que fuéramos vigilantes.
“Entre las experiencias que más recuerdo esta la vivida con una señora a la que le estábamos haciendo un electro cardiograma como parte del protocolo y me dice: ̔ seño me voy a morir, me siento morir ̓ y yo le dije, no te vas a morir, te vamos a sacar. Entonces tomamos todos los cuidados, la llevamos para terapia y salió. Aunque uno se resista a asumirlo, eso nos ha cambiado la vida totalmente, porque nos tocó muy de cerca”.
¿Qué le diría a su familia?
“A mi familia le diría que la oportunidad de tener esta experiencia fue gracias al apoyo de ellos, de mi mamá y mi esposo, porque tengo dos niños pequeños y si me ponían alguna resistencia no hubiera podido participar.
“También les diría que los amo, que los amo mucho, que sin ellos no hubiera podido hacerlo, pero mi familia es más que la de la casa, porque también les agradezco a mi jefa y a mi personal que somos una gran familia; El médico, la asistente, la secretaria la jefa de área, la transportista, éramos varios pero éramos uno, gracias a eso tuvimos el resultado.”
Continuar la conversación con Yanelkis Zamora González, era seguir removiendo las lágrimas de los ojos de y ese nunca es el objetivo de un periodista, aunque en ocasiones como esta amerita romper esquemas, para dejar plasmado en la memoria colectiva la obra de las enfermeras que enfrentaron la muerte, la obra de las heroínas de mi tiempo.