Estamos convencidos, en este caso los padres, familiares y la sociedad toda, que quizás no fueron posibles todas las opciones deseadas, o quedaron paseos pendientes, pues las vacaciones no han estado ajenas a las circunstancias que vive el país actualmente.

Sin embargo a veces los responsables de hacer felices a niños, niñas, adolescentes y jóvenes somos más ambiciosos que ellos en ese sentido.

Para ellos el simple hecho de estar con sus amigos, compartir con la familia o el grupo, en dependencia de la edad, hacer actividades al aire libre y sentirse amados basta.

En Santiago de Cuba, por ejemplo, el grueso de las acciones estuvo encaminadas a potenciar aquellos espacios de la ciudad ya habituales y que son de la preferencia de los más chicos como el Parque de los Sueños, el paseo marítimo de la Alameda y la programación de salas de teatro para niños, por solo mencionar algunas.

Para los más grandes y el disfrute en familia se mantuvo cada sábado la Noche Santiaguera, conciertos en plazas públicas, las salas de teatro para adultos, y las ofertas de los espacios privados que ya atraen a buena parte del público joven.

A nivel comunitario fueron muchas las ofertas de las casas de cultura desde donde el talento aficionado se ganó aplausos y reconocimientos.

Y qué decir de las programaciones del INDER con sus múltiples opciones para el sano esparcimiento.

Destacar además las acciones de promoción de salud y las de incentivo para mantener a la lectura como una opción siempre válida cuando de descanso y disfrute se habla.

En fin muchas fueron las posibilidades de pasar un rato agradable, que quedarán como recuerdo de este verano 2023 que hoy concluye. Quizás no todas las deseadas pero sí valederas.

Ahora todos los esfuerzos se dedicarán al inicio del curso escolar, una meta para cada estudiante, y cada familia, pues en ellos nos va el futuro.