Y sí, con el paso de los años testifico que lo es. Cuando desde que tenemos uso de razón se tiene al lado a la persona que a pesar del horario laboral y las responsabilidades, hace el tiempo para participar en la educación de sus hijos, que comparte anécdotas de su infancia en familia, que el fin de semana dedica un espacio a enseñar los primeros lanzamientos de una pelota, las primeras patadas en una portería de fútbol, los primeros movimientos en un tablero de ajedrez y hasta ver los muñequitos preferidos, eso es un buen padre.

Las diferentes etapas de la vida te llevan entonces a verlo pendiente de las tareas escolares, de las reuniones de padres en la escuela, del aporte que puede dar para ayudar a arreglar algo descompuesto en el aula, que es de beneficio colectivo. Ese que a pesar de las limitaciones dice Sí cuando se intenta organizar una actividad recreativa, ese es un buen padre.

El que está ahí en el momento justo para aconsejar, enseñar y alertar ante los primeros amores, las primeras salidas, el que dice dónde te puedes encontrar las buenas y las malas intenciones. El que con un regaño o un castigo a tiempo, sin llegar a la violencia, intenta “abrirte los ojos” sobre algo; ese es un buen padre.

Los que por cuestiones de la vida se divorcian de mamá y no de sus hijos, y siguen paso a paso la cotidianidad de su descendencia sin importar obstáculos y distancias, también los considero buenos padres.

El que peinando canas y tal vez hasta con un bastón para dar más seguridad a sus pasos, sigue al tanto de la marcha de la vida de su familia desde un balance y así ‘controla’ el quehacer del hogar, ese sigue siendo un buen padre.

Hoy doy gracias a la vida por permitirme disfrutar de un excelente padre, que en vida me mimó y cuidó como un tesoro y aunque hace muchos años no está físicamente, siento que me acompaña. También doy gracias a la vida por permitirme darle a mi hijo un padre especial, de esos que se ponen al nivel de cada edad y nunca falló.

A todos los buenos padres la felicitación. A los que no llegan a serlo, les recuerdo que es un deber lograrlo; la vida es un ciclo, hoy eres hijo, mañana eres padre, luego abuelo….en fin que el tiempo que se dedique a la educación y formación de los hijos, es oro.