Sin embargo, el sobrecumplimiento que condicionó se volviese a hablar en las mesas del Oriente de este manjar, generó experiencias positivas y necesarias para la organización, en sentido general, de la venta de productos del agro.

El 19 de marzo arribaron las primeras toneladas de papas a Santiago de Cuba, de un plan de envío de 1464 toneladas. El tren contenía 9 casillas con 8715 sacos y 403 toneladas. Este se ha ido distribuyendo conforme avanzan las entradas, y se comercializan en las distintas unidades.

En un segundo momento se recepcionaron 11 casillas, traducido en 11297 sacos, con 512 toneladas. Marchando según lo previsto por el país, como un producto de balance nacional, se comercializa por 5 pesos la libra, 3 lb por consumidor.

El municipio cabecera ya venció su venta, además de Guamá, Tercer Frente y Mella. En la jornada del 1ro de abril, el tren arribó con 14 casillas, es decir, 14824 sacos, y 647.6 toneladas, para darle culminación a la distribución del mismo. Según precisó a Sierra Maestra Belkis Villa Tabares, Directora General de Acopio en el territorio, este proceso:

“Tuvo la organización de las autoridades, la Dirección de Acopio, del país, la Agricultura y nuestro Grupo Empresarial, para que llegaran las tres libras per cápita en nuestros 51 mercados, incluyendo aquellos arrendados.

“Es decir, buscamos alternativas y complementamos el contrato del arrendamiento para darle la responsabilidad de la venta de este producto, y que no existiese ninguna problemática a la hora del depósito, distribución y recepción por nuestra población.

“Laboramos de conjunto con los compañeros de la Oficoda, con el corte de un total de 1 042 039 habitantes, que tiene nuestra provincia. Lo hemos repartido en puntos de venta, mercado, agropecuarios o arrendados, estatales o no, con toda la responsabilidad, y la garantía del transporte de la Agricultura, del suministro agropecuario, y el respaldo de los trabajadores por cuenta propia”.

Esfuerzos que integraron a los factores de la comunidad, el llamado a mantener el distanciamiento social, y la comercialización por el número de la Oficoda para llegar a cada una de las bodegas.

Esto se complementa con la calidad del producto, y el respeto a la política de protección al consumidor, el pesaje, que registra la resolución 54, o documento rector. Con esta finalidad se escribieron a la vista los números de Acopio en cada mercado, para ante cualquier inconformidad, llamasen de inmediato con la consecuente aplicación de las medidas en respuesta inmediata.

Testimonio de estas vivencias positivas, es Aida Hernández del Prado, vecina de calle 3ra entre L y Garzón de Sueño, perteneciente a la bodega #12, quien efectuó la compra en el mercado de Avenida de Céspedes y calle K:

“Todo se ha desarrollado magnífico, ojalá siempre vendieran todos los productos así. No había más que cuatro personas comprando cuando llegué. En una fila se anotaba y se acomodaban las libretas, y en un abrir y cerrar de ojos la mía ya estaba para la pesa.

“Además recibí un buen trato, pedí las papas más grandes y así me las dieron. Pese a que no fui el mismo día que llegaron, no me quedé sin nada. Era hasta las 12 a.m. de ese día la venta, para darle entrada a la siguiente bodega”.

Criterio compartido por Marlene Oliva Capote, residente en igual dirección, quien afirmó: “Excelente atención. Primera vez que veo tanta organización. Un sueño. A veces hubo una que otra aglomeración, pero de más o menos, y se dispersó enseguida. Esto es lo ideal, ni se cuela gente, ni se forman pleitos”.

Enseñanzas de buenas prácticas que deben permanecer en la cotidianidad de los usuarios que se dirigen a estas instalaciones.