Santiago de Cuba,

El Periodista Fonseca: Crónica de un fundador

12 March 2023 Escrito por  Manuel E. Ortiz Hernández (Estudiante de Periodismo)

Como cada viernes, los estudiantes de primer año de periodismo, acudimos a la Conferencia impartida por la profesora Yamile Haber Guerra.  Nos disponíamos a su encuentro para juntos construir el conocimiento. Para ella, el saber es una edificación conjunta entre los estudiantes y el profesor.

Esta mañana de marzo, las clases de Periodismo Impreso tuvieron un sabor diferente. En esta ocasión, no nos pidió comentar qué veíamos a través de los grandes ventanales que visten a la Casa de la Prensa en Santiago de Cuba. Confieso que me hubiera encantado responder hoy, esa pregunta.

Los nacientes quejidos de un sobrio bastón, le hicieron paso a Rafael Fonseca, profesor de profesores. La multitud presente se puso en pie. En un primer acto, los aplausos, luego la incertidumbre de un público inexperto de estudiantes, para quienes estar a la altura del formador de periodistas, era una tarea retadora, tanto como la vida misma.

Fue eterno un abrazo que en realidad duró instantes. La profe Yamile y el ganador del Premio Mariano Corona Ferrer a la obra de la vida en el año 2022, se dijeron tantas cosas en aquel saludo, que enseguida comprendimos el devenir de emociones al que nos enfrentaríamos.

Fonseca, se mantuvo todo el tiempo en silencio, extasiado ante la ovación de los presentes, daba la sensación de que su alma había dejado a hurtadas su cuerpo, para ir a la primera vez que entró a un aula en calidad de alumno ayudante en los años setenta. Fue quizás en aquel entonces cuando comprendió su compromiso con la instrucción académica de tantas generaciones de periodistas y ver expresiones jóvenes devolvían esa sensación a su alma. Tomó asiento lentamente con las manos entrelazadas ante su rostro, aún estaba callado.

A la derecha su pupila Milagros Alonso, seguidamente la M.Sc. Mercedes Duvergel y en la esquina la Dra. Giselle Méndez, jefa del Departamento de Periodismo de la Universidad de Oriente. En el otro costado José J. Ramírez, estudiante de cuarto año, luego el presidente de la Casa de la Prensa en Santiago de Cuba, el especialista Víctor Hugo Leyva y a la izquierda del homenajeado, la mujer que se vio obligada a posponer los contenidos de este viernes para el próximo, así lo demandaba la prominencia periodística de tal acontecimiento.

Una bocina con poca carga no fue impedimento para escuchar la intervención a través de un audio, vía WhatsApp del periodista Abdiel Bermúdez, quien emergió también de la tutela de algunos de los presentes. En el mensaje que envió a la Dra. Yamile, reconoció la importancia de su formación en la Universidad de Oriente y aseguraba que fue el Profesor de generaciones, quien le abrió las puertas de esta maravillosa carrera.

La distancia se tornó minúscula, incluso para los que estando detrás, intentaban a todo costo captar en videos, audios, fotos y escritos cada palabra que descendía de su agitada mente y brotaban por su boca lo mismo en español que en latín. Recordó muchos nombres, fundadores que, como él, pusieron cuanto pudieron y más para crear la escuela de Periodismo en Santiago de Cuba.

Mencionaba algunos: ‘’ (…) Roberto Correa, José Cervallero, Rolando Castillo.’’ De pronto hizo una pausa valorativa, la profe Mercedes, intentó ayudarlo a seguir recordando algunas de estas figuras. No había olvidado sus nombres, estaban tan presentes como cada contenido impartido a la mayoría de los que allí se encontraban, en la asignatura de Metodología de la Investigación.

Pensaba que su alocución era extensa y ofreció disculpas. La humedad de sus ojos fue una vitrina a sus recuerdos mientras reflexionaba: “Cuando a mí me da por contar cuentos, lo único que me frena en alguna medida es, cuando tengo que evocar fantasmas, porque efectivamente (…)’’

Nuevamente hizo una pausa. Su nivel de conexión con la audiencia fue tal, que detallábamos cada movimiento involuntario de su cara y de sus manos. La voz quebrada esta vez, lo delató; intentó hablar de nuevo, pero las palabras fueron ahogadas por los aplausos. No todos los días se tiene la dicha de escuchar la historia de nuestra profesión de la voz de sus protagonistas.

Luego de recomponerse, confesó que durante los más de 50 años que ejerció como profesor, había puesto en práctica la filosofía de Mario Rodríguez Alemán, pedagogo de Historia del Arte de la Universidad de la Habana, quien entendía que una clase tendría que ser un acto de tres tipos: de ostentación, de seducción y de persuasión.

Sus palabras sirvieron de excusa para que los periodistas presentes rememoraran los años mozos de Fon, así lo llama de manera cariñosa Mercedes. Lo recordaban con una pipa en la boca, la boina en la cabeza y una camisa verde limón.

En ningún instante perdíamos el interés, allí estábamos ante un hecho sin precedentes. Los periodistas corren tras la noticia, en esta ocasión había venido a nosotros apoyada de un bastón, vistiendo pantalón blanco y camisa de cuadros negros.

José José Ramírez, inició una ronda de anécdotas sobre el protagonista del encuentro. Ser la última generación de estudiantes universitarios que recibió clases de esta eminencia, lo marcó para siempre. Reconoció ante los presentes que fueron las clases de Fonseca y el amor con que las impartía, lo que determinó su permanencia en la carrera.

Convidó a todos a ponerse de pie, incluyendo a los invitados especiales y una oleada de aplausos invadió la sala de conferencia por tercera vez. Todos nos mirábamos conmovidos, pues a pesar de no haber recibido sus clases, los testimonios que nos compartían y el sentimiento que emanaba de sus gestos y voces, nos daban la talla de quien ha sido formador de 44 generaciones de periodistas.

Aunque los estudiantes creíamos que sí, la Profe Yamile, nunca dejó de impartir su clase de Periodismo Impreso. Nos propuso desarrollar una ronda de preguntas. Teníamos que estar a la altura. Todos escuchábamos atentamente las palabras del protagonista.

Decía que habíamos abierto una caja de Pandora, así definía los recuerdos que sobrevolaban su cabeza. De las interrogantes, nació la propuesta de crear una Historia de Vida para el profesor de mayor experiencia, quien según la apreciación de la Dra. Haber, es la persona más capaz para hacer un Manual de Teoría y Metodología de la Investigación de la Comunicación Social en Cuba.

Cuando concluyó la comparecencia, nos juntamos entusiasmados en la entrada principal de la Casa de la Prensa. Inmortalizamos entonces, aquel intercambio con el formador de periodistas. Sentimos la dicha de ser una nueva generación volcada en la autogestión y construcción del conocimiento. Aún con todos los retos que presupone, hacer un periodismo como el que soñó Fonseca en esta era digital, regresamos a nuestras casas con la satisfacción de haber podido palpar, ahora que es posible, la historia del periodismo santiaguero en carne y hueso.

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