En esta ocasión, esgrimen como argumento el hecho de la compra de productos agrícolas que este país realiza allí, en medio de las agudas carencias y limitaciones que enfrenta la población cubana, principalmente por las medidas del boqueo.
Estas ventas no tienen lugar por la buena fe de la actual Administración, sino que son autorizadas por la Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Fortalecimiento de las Exportaciones, aprobada por el Congreso norteamericana en el año 2000.
Dicho sea de paso, esta operación se realiza sin crédito, como es normal en el comercio internacional, sino mediante el pago en efectivo, por adelantado, cosa que los agricultores cubanos, como reciprocidad, no pueden hacer.
Las ideas el bloqueo fueron recomendadas por Lester De Wit Mayo, entonces subsecretario de Estado, en un memorando fechado el 6 de abril de l960, en el que expresaba, entre otras cosas, que “hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba, una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducir los recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación, incitar al desengaño y desaliento, y el derrocamiento del Gobierno”.
Así, por citar unos casos, desde marzo del 2022 a febrero del 2023, el sector del Comercio Exterior fue afectado en 3 mil 81, 3 millones de dólares; el Turismo, en mil 89 millones de dólares; y la propia Agricultura, en 273 millones, 390 800 dólares. Ese período fue castigado, en total, con 4 mil 867 millones de dólares.
En los últimos tiempos, el bloqueo ha estado enfocado, de manera implacable, hacia la persecución financiera y a las empresas navieras que transportan alimentos y petróleo a Cuba.
En suma, durante más de 60 años de impuesto por EE.UU., a la isla, el monto de pérdidas alcanza, por esta medida, según datos oficiales, los 159 mil 84,3 millones de dólares, a precios corrientes. Esto no incluye los enormes daños humanos causados a nuestra población, y que van más allá de cualquier valor material.
El bloqueo, con sus prohibiciones, limitantes y sanciones, afecta a todos los
sectores de la sociedad cubana, por lo que constituye el mayor obstáculo para el desarrollo del país y, por su carácter extraterritorial, a empresas, instituciones, bancos y personas de terceros países. Decir lo contrario, es querer tapar el Sol con mentiras. Esa es la realidad.