El germen de este Ministerio se remonta a enero de 1959, cuando se creó la Corporación Nacional de Transportes bajo el mando del comandante Julio Camacho Aguilera. Sin embargo, fue el 1 de agosto de 1961 cuando, mediante la Ley No. 960, surgió formalmente el Ministerio de Transportes, con el capitán Omar Fernández Cañizares al frente. Su misión era planificar y ejecutar una política de transporte acorde a los nuevos tiempos, integrando ferrocarriles, carreteras y vías marítimas.
Los años siguientes trajeron transformaciones. En 1964, la aeronáutica civil se segregó para formar su propio instituto, y en 1970, la marina mercante y los puertos siguieron su camino bajo un ministerio distinto. Estas divisiones, lejos de ser fracturas, fueron pasos hacia una especialización que, décadas después, se reunificaría bajo el MITRANS para fortalecer la coordinación intermodal .
El MITRANS no solo mueve pasajeros y carga; es custodio de la seguridad vial, la infraestructura y el medio ambiente. Su misión -ofrecer un sistema seguro, eficiente y respetuoso con la naturaleza- ha guiado proyectos tan diversos como la señalización de carreteras y la modernización de puertos.
En medio de la escasez de combustible y la obsolescencia de la flota estatal, una luz -o mejor dicho, un panel solar- ilumina el camino. Los triciclos eléctricos, inicialmente donados por la ONU y luego adquiridos por el Estado, han surgido como un modelo de adaptación.
Con 183 unidades operativas a mediados de 2024 y otras 200 en ensamblaje, estos vehículos de cero emisiones no solo alivian la movilidad local en grandes ciudades, sino que generan empleos y reducen la huella ecológica. Su autonomía de 150 km y capacidad para seis pasajeros los convierten en una solución temporal, pero significativa, para comunidades aisladas .
Más audaz aún es el proyecto de fabricar motores nacionales para estos triciclos. La empresa Tauba Holmotor, en Cacocum, Holguín, encarna este sueño con tecnología china y materias primas recicladas.
Este esfuerzo, presentado en ferias internacionales, no solo busca sustituir importaciones, sino también vincularse a programas agrícolas y de energía renovable, demostrando que el transporte puede ser motor de desarrollo multisectorial.
Las palabras del ministro Eduardo Rodríguez Dávila evidencian el reto: “Estamos en uno de los peores momentos”. La falta de piezas, el bloqueo económico y la obsolescencia tecnológica son baches en la ruta.
Pero la historia del MITRANS, desde Camacho Aguilera hasta los triciclos solares, prueba que cada crisis ha sido superada con inventiva y voluntad. Hoy, mientras los motores de Cacocum empiezan a rugir y los paneles solares cargan baterías, Cuba escribe un nuevo capítulo en su crónica de movilidad: uno donde la sostenibilidad y la resistencia avanzan, kilómetro a kilómetro, hacia un futuro posible.