La historia de las pinturas que conforman "La otra estación", van más allá de técnicas adquiridas en la academia, sino de su autoformación como artista visual, desde la que logra recrear el colorido del arte popular cubano y los estados emocionales escondidos en nuestro interior y que conviven en la vida cotidiana de las personas.
El miedo a la muerte, la superación, la soledad, la insatisfacción, el deseo a la soledad, la autoreflexión , la tristeza y la desolación, construidos desde neoexpresionismo y surrealismo del imaginario, hasta materializarse en varios bocetos, que acompañados de la música, permitieron el resultado que se expuso en el Estudio Taller de Naif Bayante para el público santiaguero, a quien Beatriz agradeció por la acogida.
El Eje del Iris, de sus pinturas más recientes y que más atrajo a quienes visitaron el espacio, narra "algo que nos afecta a todos: el ego, es como un gran agujero negro que se traga todo a su alrededor y causa desastres en la vida de quien lo siente", explicó la artista.
El reto consiste en aprender de plasmar, desde expresiones, cada una de las historias que engloban el sentir de la mujer, el contacto con la naturaleza y la mezcla que "más que paisajes bonitos se vuelve la satisfacción, no solo liberar al artista, sino de provocar reacciones en el espectador y que este haga suya la obra, desde su propia reinterpretación del arte".