El motivo de la reunión, al parecer, era solo eso: aprovechar la asistencia del músico al 61. Festival de la Trova Pepe Sánchez, intercambiar, y que José María tocara el piano intervenido en su tapa, por la obra de la plástica de Lescay.
Y en verdad, según dijo Alberto, antes una sola vez alguien había tocado el instrumento. Aun para los neófitos musicales, el sonido que llenó el recinto demostró la calidad del instrumento. Hasta ahí “todo según plan”. Y como en medio del festejo “se filtró” que Vitier tocaría en la Plaza, el que pudo se llegó hasta el histórico lugar.
Lo que sí muy pocos conocían, empezando por Josè María, era que la ocasión sirvió como escenario a una sorpresa: la Fundación Caguayo le otorgó al célebre pianista el Premio Crecemos.
Entre Lescay y la secretaria de la Fundación, argumentaron la entrega simbolizada en una reproducción de la escultura Martí Crece, hecha por Alberto y emplazada en la intersección del Paseo Martí y la Avenida de los Libertadores, en esta ciudad.
Entonces habló Vitier. Por enésima vez en los días breves del “Pepe Sánchez” le escuchamos decir cuánto ama a esta urbe y a los trovadores, especialmente aquellos con quienes se encontró y lo ayudaron cuando muy jovencito vino a la Ciudad Héroe de la República de Cuba como estudiante de piano.
Recordó, además, cuánto aprendió de las tradiciones musicales más arraigadas aquí, y de cuánto significa para él este reconocimiento, este Premio Crecemos que tanto le agradece a “Caguayo” y que junto con otros aspectos de su historia como músico, consolidan la identificación para siempre, entre José María Vitier García y Santiago de Cuba.