Un sondeo del Instituto de Democracia de Israel destacó el creciente recelo de la ciudadanía por los resultados para escoger a la nueva Knesset (Parlamento).

Por origen étnico, un 36 por ciento de los judíos mostró dudas sobre la veracidad de los datos publicados tras las justas, una cifra que aumentó a 51,5 por ciento entre la minoría árabe.

Según la investigación, apenas un 37 por ciento de los entrevistados se mostró optimista sobre el futuro de la democracia en el país.

La semana pasada, el presidente Isaac Herzog escribió una carta a los dirigentes de los partidos en las que solicitó acatar los resultados “sean cuales sean”.

El llamado de Herzog parecía ser una súplica para evitar una repetición de la situación en Estados Unidos, donde la negativa sin fundamento del expresidente Donald Trump socavó el sistema político, destacó el diario The Times of Israel.

La variopinta alianza gubernamental del primer ministro en funciones Yair Lapid y el bloque ultraderechista del ex jefe de Gobierno Benjamin Netanyahu se disputan el poder en estos comicios, con ligera ventaja para este último.

La coalición que respalda a Lapid incluye a partidos de derecha, izquierda, centro e islamistas, todos unidos en su rechazo a Netanyahu, quien enfrenta tres casos ante la justicia por soborno, fraude y abuso de confianza.