Santiago de Cuba,

Resonancia Magnética Nuclear: Medio siglo de su inicio en la Universidad de Oriente

19 December 2025 Escrito por  Dr. C. Giovanni L. Villalón García (CESCA-Universidad de Oriente)
Costesía del Entrevistado

La Resonancia Magnética Nuclear (RMN) inició en la Universidad de Oriente (UO), con fructífero curso de postgrado impartido por el Prof. Dr. PM Borodin, de la Facultad de Física de la Universidad de Leningrado (UL), antigua Unión Soviética, que trajo como acción más importante la creación del grupo de la mencionada especialidad en la Facultad de Física-Matemática, creado en el año 1975.

Las investigaciones médicas generaron que se definieran dos líneas de trabajo en RMN, recuerda el fundador Dr. C. Carlos Cabal:
La primera, el estudio de la madurez de la caña de azúcar con resonancia magnética buscando un procedimiento generalizable a la industria azucarera que fue logrado por el Ingeniero Físico Arturo Guzmán, de la primera graduación de la UO, que pudo registrar la señal de RM de la caña de azúcar en el campo magnético de la Tierra (0,5. 10-4T) midiéndose los tiempos de relajación en función de la madurez de la caña.

La segunda, fue la investigación de complejos paramagnéticos de Níquel (II) y Cobalto (II) en soluciones, tema vinculado a mediano plazo con la industria del Níquel, en la que Cuba ocupa un lugar destacado. Así, desde el origen, la RMN estuvo direccionada a la solución de problemas prácticos de la economía del país. En este segundo aspecto es que se defiende la Tesis de doctorado de Carlos Cabal “Mecanismos de Relajación Magnética en soluciones acuosas paramagnéticas de Níquel (II) y Cobalto (II)” bajo la tutoría del Dr. VI Chizhik, en la Facultad de Física de la UL, el 18 de septiembre de 1980. Los trabajos desarrollados en esta tesis recibieron el segundo y primer lugar del Concurso de Jóvenes Científicos de la UL en los años 79 y 80 de la pasada centuria, respectivamente.

Entre los años 1980 y 1987 se consolidó el laboratorio de RMN de la UO con instalaciones experimentales diseñadas y construidas en la Facultad, se intensificó la formación de los especialistas (con el apoyo de la URSS) y se realizaron investigaciones de la micro estructura y los procesos de relajación magnética de las soluciones paramagnéticas de iones de metales de transición y de Lantánidos como el Cerio (III), Samario (III), Praseodimio (III), Terbio (III), Europio (III).

Este laboratorio, a pesar de sus escasos recursos, acometió investigaciones en la cinética del fraguado del cemento y la lixiviación del Cobalto II a Cobalto III, en medio carbonato amoniacal de la planta René Ramos Latour, de Nicaro.

Confirma el Dr. C. Carlos Cabal dos hechos relevantes que son antecedentes de los trabajos con la RMN aquí: la fabricación de las minicomputadoras Cid y la concepción y realización parcial del Polo científico del Oeste de la capital, con la participación orientadora directa del Líder de la Revolución, Fidel Castro.

Es así como en diciembre de 1987 comenzó un proyecto de Ingeniería Física y Biofísica en la Facultad de Física- Matemática de la UO, que respondía a un planteamiento del Fidel, quien se había interesado en la posibilidad de construir en Cuba equipos de Resonancia Magnética de Imágenes (RMI) para el diagnóstico médico, que estaba en coherencia con sus preocupaciones por la introducción de tecnologías de avanzadas en la Salud Pública. “Este proyecto lo denominamos 35 26 7”, rememoró el especialista, a la postre, director fundador del CBM.

Tal empeño no solo respondía a la necesidad de avanzar aún más en la tecnología de la salud, sino que era un imperativo en las condiciones en las que vivía Cuba, en constante asedio del bloqueo norteamericano, que limitaba toda acción de desarrollo del país.

Lo que hizo viable este proyecto -sentenció-, “fue la convicción y la confianza de Fidel, y el compromiso con él y con la ciencia cubana, un factor de éxito innegable. Las convicciones, el sentido común y práctico, la imaginación, fueron contribuciones valiosas unidas al conocimiento de la física y la tecnología de la resonancia magnética.”

Resultó necesario un cambio en el rumbo del trabajo del grupo, pues la RMN se reorientó hacia la biomedicina, y más que todo, el cambio se asumió “en las concepciones de la creación científica: su razón de ser y el ritmo de las investigaciones, el papel de la ciencia y la idea de cómo y hasta dónde debía llevarse un resultado científico.”

Por esto, en su grupo inicial de 12 profesionales y técnicos (la mayoría jóvenes y estudiantes), se contaba con la colaboración de dos ingenieros mecánicos de otras instituciones. El trabajo intenso, comprometido y de alto rigor científico, en medio de condiciones muy difíciles impuesto por el Periodo Especial, permitió que, en agosto de 1991, se obtuvieran las imágenes del sistema nervioso central y las extremidades del cuerpo humano, con un equipo de resonancia magnética totalmente cubano.

El Grupo integró la valiosa cooperación de múltiples instituciones científicas y productivas de nuestro país (Retomed, el Central Azucarero Los Reynaldos y la Fundación Caguayo). El Profesor Eugenio Selman Housein Abdo, destacado cirujano, fue un impulsor, crítico y consejero valioso del proyecto.

El RMI fue colocado en el Hospital General Dr. Juan Bruno Zayas y prestó servicios a cientos de pacientes, fue el detonante para que se aprobara la creación del Centro de Biofísica Médica, inaugurado el 10 de febrero de 1993, con la presencia del Comandante en Jefe, quien en un ejemplar de su libro La Historia me absolverá, escribió una dedicatoria que es orgullo y guía para los investigadores y trabajadores del CBM: “Para el Centro de Biofísica Médica, de Santiago de Cuba, orgullo no solo de la Ciudad Héroe sino de toda la Patria. Felicidades y a forjar nuevos sueños, hermosas realidades de mañana”.

Si bien, en lo científico-tecnológico la construcción del tomógrafo tuvo altos reconocimientos y consideraciones, su principal valor trascendió hacia el plano social, pues decenas de miles de pacientes diagnosticados con los equipos cubanos de RMI, en los más de 10 años de funcionamiento, ha sido el más evidente de los aportes sociales.

“Se trataba de vidas salvadas y de tranquilidad generada a seres humanos. Este es más inconmensurable reconocimiento”. Desde entonces y unido a los otros proyectos realizados en el país, la RMN se convirtió en un concepto cotidiano, en una visión del desarrollo científico tecnológico y en una alternativa de salud que promueve independencia, que supera el bloqueo a Cuba y es ya, parte de la cultura científica de la nación.

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