Entonces viene a mi mente lo expresado por el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, cuando se refirió a que hay que pensar como país y continuar consolidando la unidad del pueblo para vencer obstáculos, porque decir Cuba es decir pueblo, solidaridad, Revolución, Patria.
Los tiempos difíciles nos ponen a prueba, aprendemos y sacamos experiencias, nos sobran los ejemplos de la grandeza de este pueblo ante fenómenos naturales, catástrofes, epidemias, accidentes…; nos conmueve cualquier situación que nos imponga la vida, el sentimiento y dolor de uno, es el de todos y lo hacemos propio.
Ahí están los trabajadores de diferentes sectores de la sociedad, ejemplo los eléctricos, las brigadas médicas, la Cruz Roja, rescatistas, las Far y el Minint, titanes de estos tiempos, quienes ante cualquier contingencia dan su paso al frente.
Con adversidades como la desconexión del Sistema Electroenergético Nacional se puso de manifiesto nuevamente la solidaridad y ayuda entre vecinos, a pesar de las carencias, se compartieron alimentos y en varios barrios se hicieron caldosas colectivas.
Algunos cuentapropistas, en gesto solidario y por convicción, ante las largas horas sin fluido eléctrico, entregaron a los vecinos cercanos productos cárnicos que podían descomponerse, y conocimos que un médico puso a disposición del vecindario su planta eléctrica para que recargaran sus equipos.
Hubo quien puso en las redes; “Ya tengo corriente, pueden venir a cargar sus móviles y lámparas, sin costo alguno”, mientras esos actos de bondad, hermandad y cooperación sucedían en diferentes lugares, una minoría sacó a la luz sus despreciables sentimientos de egoísmo, inconciencia, falta de amor al prójimo, y aprovechándose de la situación existente, cobraron a sus compatriotas por cada recarga.
Sin embargo, el pueblo de Cuba sigue en pie y consolidando el camino escogido. Hemos sido testigos del desvelo de nuestros dirigentes que minuto a minuto siguieron la recuperación del Sistema Electroenergético Nacional y el paso del huracán Oscar por el Oriente del país, adoptando sabias decisiones para mitigar la acuciante situación.
Ahí está la grandeza de la Revolución, que no escatima esfuerzos a pesar de la tensa situación económica. Ya llegan los recursos a Guantánamo y otros van en camino.
Desde las sedes de las organizaciones políticas y de masas se preparan valijas para los damnificados. La UJC alista brigadas de ayuda y colaboración a los guantanameros, quienes irán en condición de campaña a donde haga falta.
De igual modo, países hermanos han mostrado su solidaridad con la isla, y como dijo el Presidente cubano en su cuenta en X: “Alienta la solidaridad recibida de varios gobiernos y pueblos. Agradecemos esos apoyos y la contundente Declaración del ALBA-TCP, que apunta al gran responsable: la inhumana política de bloqueo de los Estados Unidos”. De nuevo se pone de manifiesto la fuerza de un país que, “podrá superar este desafío”, sentenció el Presidente cubano.
Ahora Cuba evidencia otro huracán, pero esta vez de solidaridad, con una fuerza descomunal de humanismo, ayuda y cooperación que tiene como destino final la provincia de Guantánamo.